El Poder Destructor De La Culpa
"Mamá... no fue mi culpa, yo no tuve la culpa" una frase común en mi lenguaje de niña. Aprendimos a culpar y a culparnos. Ocultamos nuestra culpa y nos corroe el alma, sin embargo hacemos todo lo que está a nuestro alcance para mostrarnos perfectos. Eso de sentir culpa mí no me pasa, le pasa a los otros.
En la tradición religiosa católica en la que me formé, nacimos culpables del pecado original que cometieron nuestros padres Adán y Eva. El pecado es nuestra tentación permanente y todo el tiempo nos están hablando de él, naturalmente nuestra atención se pone en el pecado y la posibilidad de realizarlo, entonces aprendimos a ser sentirnos pecadores, generando culpa. Además podemos pecar en pensamiento, sentimiento, palabra, obra y omisión. Las opciones de pecar y culparnos por ello son entonces infinitas. Si nacimos culpables solo un salvador inocente puede redimirnos y Dios nos mandó a Jesucristo su hijo, según la creencia Católica Él nos trajo el Perdón, las sagradas escrituras dicen lo que él dijo “Todos tus pecados están perdonados” nosotros no hemos querido recibir el don divino del perdón y seguimos pecando.
Este tema no solo es asunto de mi religión, lo comparten la mayoría por no decir todas las religiones del mundo. Y en las relaciones de pareja, familia y colectividad se reproduce el círculo de la culpa. Un círculo emocional desde todo punto de vista vicioso y destructivo.Este círculo se crea en un circuito de conexiones neuronales en pensamiento, sentimiento y comportamiento, aptitudes y actitudes de vergüenza, orgullo, culpa y miedo. Los miedos falsos creados por nosotros, son miedos al castigo que recibiremos en esta vida y tal vez en otras vidas por nuestros pecados y por nuestras equivocaciones.
Miedo al castigo, deuda que tendremos que pagar y que cargamos a cuestas generando destrucción en nuestro corazón, alejándonos del placer, del amor de la dicha de compartir nuestro ser. Sintiendo culpa por no ser lo buenos que se espera seamos, generamos castigo, aumentando nuestro resentimiento y malestar en todos los espacios de nuestra vida. Y creemos que así es la vida.Recuerda que la culpa pide perdón o castigo y en este contexto el perdón se hace tan o más destructivo que el castigo frenando nuestra evolución. Decimos “El que peca y reza, empata” así puedes seguir pecando, distorsionado el perdón de esa manera se convierte en un pasaporte al sufrimiento propio o de otros. "Puedo pecar porque siempre habrá quien me perdone"
Tú y yo sabemos por experiencia que todo en lo que ponemos nuestra atención se expande, somos creadores inconscientes, lo que aprendimos de niños cuando éramos realmente inocentes quedó grabado en nuestro inconsciente como plan de supervivencia, nos creímos el cuento de la culpa y sentimos culpa por nuestras equivocaciones de toda índole, así vivimos atrapados entre el perdón y el castigo para redimir nuestras culpas.Dejemos la culpa en los tribunales donde un jurado de consciencia después de verificar los hechos declara a un acusado culpable o inocente y un Juez dicta sentencia. El reo cumple su sentencia y de esa manera responde ante la sociedad por sus actos.
Nuestras parejas, familias, equipos de trabajo no son tribunales. Somos buenos seres humanos que a veces nos equivocamos y esperamos el reclamo de nuestros congéneres para comprenderlos y responder por nuestros actos como los seres libres y amorosos que somos. Nos unimos realmente para hacernos la vida fácil y placentera, para conocernos a través de los otros para amarnos, amar y ser amados. Cambia ahora mismo tu hábito de culparte y culpar por el hábito de la responsabilidad. La responsabilidad es tu poder para responder por tus pensamientos, sentimientos y comportamientos, decide lo que quieres para ti y responde por lo tuyo, verás que la vida es sencilla como la naturaleza y comenzarás a vivir tu verdadera inocencia en compañía de tus seres amados.
Marta Ortiz, ConsentirGuionMental.com. Destrezas Para Vivir.
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