¿Cuándo el hombre se convierte en un Gentleman?
Si de elegancia clásica se trata, se nos ha sentado una imagen en nuestro inconsciente colectivo. El modelo es – ayer y hoy – el „Gentleman“ británico. Pero es discutido cuales son las virtudes que lo destacan. El Gentleman es un ejemplo de falta de ostentación. Su vestimenta es de calidad exquisita – pero uno recién lo debe poder ver a segunda vista.
Literatura extensa en y fuera de Internet nos ha llevado a interpretar a este término sobre todo en referencia a la moda. Así el Gentleman siempre tiene zapatos lustrados de manera brillante, una corbata perfectamente anudada y, además de una noción de estilo segura, un buen gusto en la elección de los accesorios adecuados.
Pero lo que realmente destaca al Gentleman dentro de su entorno, es su comportamiento. Le abre la puerta a la dama, ayuda a los ancianos a ponerse el abrigo y en un barco averiado asegura que las mujeres y niños lleguen primero a los botes salvavidas. El rey Jacobo II. de Inglaterra le contesto a una dama de la alta sociedad que le pidió elevar a su hijo al rango de Gentleman: „Yo solamente lo puedo declarar caballero. Pero un Gentleman puede ser creado solamente por Dios.“
Igualmente, el „Gentleman“ principalmente es una mentalidad. El traje Savile Row puede estar hecho perfectamente a medida, y uno se puede ver reflejado en los zapatos. La camisa clásica con doble puño armoniza perfectamente con los gemelos dorados, y naturalmente nuestro Gentleman nunca pasearía por las calles de la ciudad con zapatos marrones o llevar un nudo de corbata delgado como el Four-in-Hand sobre un cuello de tiburón – tiene que ser el Windsor doble. Nuestro „Gentleman“ abre todas las puertas, habla de manera clara y con gran nivel cultural y siempre se comporta de manera cortés. Pero: Si este glamour se termina en la puerta de la propia casa, está lejos de ser un Gentleman de verdad. Entonces al final es solamente un actor. Porque aunque algunas revistas de moda digan otra cosa, el Gentleman de verdad no lo es por su saco elegante, sino por un carácter al menos igual de noble.
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