Corbata y cuello – una pareja desigual
Si bien ninguna prenda es tan discutida como la corbata, no se puede negar que ésta ocupa un espacio en nuestra sociedad que casi se podría denominar central. Lejos de su función original de esconder a los botones de la camisa, la corbata transmite profesionalidad y éxito.
Mientras que aún los que usan corbata frecuentemente, creen que pueden usar un solo nudo de corbata para todas las situaciones en la vida, esto solo es así en parte. Porque si bien el Four-in-Hand es rápido de anudar, no siempre constituye la elección óptima.
Una persona que visita por primera vez una tienda para caballeros o hasta una sastrería, se sorprenderá por la variedad de cuellos que se ofrecen. Allí se amontonan los cuellos Kent, cuellos de tiburón, Button-Down y más. En algunas hasta se pueden encontrar cuellos tan exóticos como Picadilly o Eaton. Si uno tiene en cuenta esta variedad, se torna obvio que no puede existir solamente una manera de llevar la corbata.
Cuando uno observa a los diseños de camisa más nuevas, muchas veces se encontrará con cuellos de tiburón bien anchos. Alguien que lleva una corbata estrecha de la última moda anudada con un cuello Four-in-Hand, aún más delgado, va a tener una apariencia al menos extraña. Porque en este cuello tan enormemente ancho, la pobre corbata parece perdida.
Justo en los círculos de la sociedad que le otorgan importancia al estilo, existe también el otro extremo. Considere un cuello Picadilly, delgado y profundo, sujeto a un prendedor, acompañado por una corbata de regimiento británica de seda Mogador, posiblemente hasta con una entretela espesa, anudada con un Windsor doble perfecto. Así la corbata ya ni siquiera entra debajo del cuello, y además la respiración se convierte en un desafío. El nudo de corbata está colgado en el cuello como un peso.
Solo teniendo en cuenta estos extremos, es aconsejable conocer un par de nudos de corbata. Un Four-in-Hand estrecho para el cuello delgado, un Windsor clásico para cuellos abiertos... Si es atrevido puede probar también los nudos invertidos, es decir nudos, en los cuales las vueltas no se esconden sino que son llevadas a la vista.
Un consejo especial: ¡En una corbata discreta para bodas, un nudo Christensen cruzado puede mostrarse muy romántico!
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