Algunas consideraciones acerca del histórico diferendo Indo – Pakistaní por el territorio de Jammu Kashmir (Cachemira) y la seguridad de Asia Sur

La situación en la región de Asia Meridional se mantiene latente como una amenaza potencial para la paz mundial. Dos potencias nucleares “de facto”, India y Pakistán, continúan  en un estado de perpetua y creciente confrontación política estratégica. La región ha sido escenario de violencia y conflictos interestatales e intraestatales durante los últimos cincuenta años. Está habitada por más de mil millones de personas y ofrece el contraste entre dos mundos diferentes: el de la minoría rica y el de la mayoría pobre, desfavorecida y socialmente marginada. Sus sociedades se ven desgarradas por el nacionalismo, el etnocentrismo, el separatismo y el extremismo religioso entre otros.

El conflicto Indo Pakistaní  por el control de Jammu y Kashmir, tema que nos ocupa, tiene ya más de 50 años. El mismo se originó a partir de la Independencia del subcontinente Indio, la partición y la política llevada a cabo por el colonialismo Británico; con ella, el poder colonial fue provocando desde la década del 1930 la confrontación de fuerzas internas; enfatizando en los antagonismos existentes, con un  énfasis puesto en las diferencias socio políticas  religiosas, para de esa forma, fragmentar el avance de los nacionalismos anticoloniales. Era preferible una India dividida a un único bloque de enormes dimensiones, por lo que evidentemente, el resultado de esta política colonial  fue la partición de India  en 1947.  

Gandhi comentó: "La partición es una tragedia espiritual. Treinta y dos años de trabajo han llegado a un final sin gloria".  Lo que más atormentaba a Gandhi eran los grupos étnicos que decidieron no abandonar sus hogares ancestrales, y se convertían en minorías amenazadas dentro de su "ex país". Sostuvo que el deber de ambos gobiernos era proteger a esas minorías.

El conflicto de Jammu y Kashmir, con más de medio siglo de historia, es el mejor ejemplo para ilustrar la evolución de las relaciones indo-pakistaníes: cuatro guerras, numerosas crisis, una violencia casi permanente, varios procesos de paz inconclusos y un incómodo status quo que no satisface a ninguna de las partes.

Considerando los breves antecedentes históricos de este conflicto a los que hemos hecho referencia, no estaríamos desacertados cuando afirmamos, que  no parece posible augurarse una solución definitiva al mismo en el corto o en el mediano plazo; por otra parte, ambos Estados poseen desde 1998 armas nucleares, que pudieran ser utilizadas, no porque sea su voluntad hacerlo, puesto que los dos,  son conscientes de las terribles consecuencias que esto tendría para su población civil,  pero  la inferioridad de Pakistán respecto a India en un eventual conflicto convencional, casi lo condena de antemano a utilizarlas, como la forma de terminar con el mismo. Por tanto lo mas acertado, cuando apreciamos este conflicto, será al parecer, el mantenimiento de un status quo, marcado por hechos violentos, como los que hemos observando  durante estos años de conflicto.

Lo anteriormente expuesto hace preciso  aclarar que las disputas bilaterales entre los vecinos India y Pakistán,  son sólo síntomas o canales de escape de un conflicto histórico mucho más profundo, complejo y duradero. Ello sugiere que la solución de uno u otro problema, incluso de todos, será ante todo temporal y no solucionará la enemistad de 52 años.

Aunque el concepto de “Seguridad” se hace cada día más multidimensional, el elemento político - militar, es apenas uno entre otros que resultan igualmente primordiales. Para el logro del equilibrio y la paz en el subcontinente, existe un obstáculo matriz .Se trata sin lugar a dudas de la asimetría desde múltiples ángulos entre India y Pakistán. Tal asimetría y desbalance es sustrato del diferendo histórico. De acuerdo con la historia, Pakistán fue creado en 1947 como Estado moderno para albergar a la población musulmana de la antigua India Británica. La “Partición”, sin embargo, sólo ocasionó el conjunto de traumas derivado de la división de una cultura diversa y múltiple en dos entidades nacionales conformadas de acuerdo con los esquemas europeos. La Partición ocasionó la emergencia de un enorme Estado-nación, India, y de uno contiguo carente de integridad territorial, Pakistán (Oriental y Occidental).Luego de la guerra de 1971, el Estado pakistaní perdió su ala Este al nacer Bangladesh.

Es preciso afirmar, que la  enemistad entre ambos vecinos, encuentra fundamentos en la notable disparidad entre ambas naciones; ejemplos  de ellas,  pudieran citarse: India tiene 10 veces la población de Pakistán, los musulmanes indios (estimados en 14% del total) es mayor que la totalidad poblacional pakistaní. La economía  india supera a la pakistaní en casi 10 veces, al ser en estos momentos la 10 economía mundial. El desarrollo industrial indio (industria pesada, manufacturera, militar, nuclear; tecnología de punta hardware y software, telecomunicaciones, Tecnología de la Información, biotecnología, etc.) es incomparablemente mayor al pakistaní. Por otra parte, mientras en los últimos años de la década del 90, la economía pakistaní, creció (promedio de un 7%) , este crecimiento, no se vio reflejado en bienestar social, puesto que la esperanza de vida, sigue siendo de 58 años, como en la década del 80. Una vía para cierta “paridad” ha sido la tenencia de armamento nuclear y el desarrollo misilístico.

A lo largo de la historia, las relaciones entre India y Pakistán han sido tensas, en ocasiones, muy difíciles (cuatro guerras -1947, 1965, 1971 y 1999-). Ello permite afirmar que dichas relaciones  nunca han sido normales y mucho menos, amistosas; esto se debe de manera esencial, a la forma de llevarse a cabo la “Partición” –propuesta por Mountbatten, gobernador general de India Británica-; la dominación inglesa dejó deformaciones estructurales entre las que podemos destacar, la ubicación de los dos Estados en el subcontinente , lo que trajo consigo, la consolidación paulatina y progresiva de un sentimiento recíproco que visualiza al otro como amenaza a la integridad, a la soberanía y a la seguridad nacional respectiva.

Ambas naciones han tratado en el curso de su historia como Estados independientes de buscar alineamientos con potencias de diferentes signos para lograr apoyo desde fuera del subcontinente en pos de los necesarios equilibrios. En la llamada era de la guerra fría, mientras Pakistán buscó las alianzas en dos pilares: EUA y la R P China. India otorgaba prioridad a sus relaciones con la URSS, y más tarde, trata de obtener la confianza de sus vecinos más próximos en Asia Meridional, de jugar un papel constructivo en el nuevo equilibrio asiático y de obtener la aceptación de la Comunidad internacional.

El deterioro de la situación en  Jammu y Kashmir ha atraído la atención de todo el mundo, consciente de que las tensas relaciones y conflictos armados entre las dos potencias nucleares son un efecto negativo para la paz y estabilidad de la región y en toda Asia, y  es el punto que determina la mejora y el deterioro de las relaciones entre India y Pakistán.

Ciertamente, Estados Unidos no ha desempeñado históricamente  el papel de “estabilizador” regional que tanto proclama. Interesa por tanto aquí resaltar el alto perfil de las relaciones entre la potencia y Pakistán debido a la ecuación que se ha impuesto desde hace cinco décadas mediante la cual sus relaciones bilaterales con los estados gemelos de Asia Sur han sido manejados de forma tal que la política estadounidense hacia India pasa por Islamabad y -en ocasiones, sobre todo en la década en curso- su política hacia Pakistán, por Nueva Delhi.

Una rápida mirada a la ecuación citada muestra que en fecha tan temprana como febrero de 1954, Pakistán y EUA suscribieron el Tratado de Asistencia Mutua para la Defensa .

El 8 de septiembre del propio año, el país surasiático entraba en la South East Asia Treaty Organization (SEATO) y el 23 de septiembre de 1955, en el Pacto de Baghdad (firmado por Turkía e Irán el 24 de febrero de 1955) renombrado como Central Treaty Organization (CENTO), en 1959.

Durante la Guerra Fría y luego de la revolución iraní, Pakistán comenzó a ser usado por Estados Unidos para contener a  la antigua Unión Soviética. Tras la desintegración de la URSS, la potencia norteamericana comenzó un lento proceso de reajuste de sus relaciones tanto con India como con Pakistán. Los hechos demuestran que actualmente Estados Unidos está comenzando a prestar más atención a India que a Pakistán. Los observadores sostienen que la gran potencia norteamericana, ha estado mediando entre los dos países para asegurar el fortalecimiento de sus propios intereses estratégicos en la región.

Aún así desde el final de la guerra fría, Washington ha contribuido deliberadamente, por medio de operaciones encubiertas, a la agudización del diferendo India–Pakistán.

Desde los mujaidines afganos que fueron apoderándose del país hasta ocasionar la caída del gobierno de Najibullah, hasta la versión contemporánea de los “guerreros de Allah” que con el nombre de Talibanes   controlaron  casi todo Afganistán en los años de 1992  al 2001, hasta el gobierno actual colocado por las fuerzas ocupantes, Estados Unidos ha sido, su principal apoyo en todos los órdenes.

Por su parte, desde 1991, época que India redimensiona su estructura económica, Estados Unidos le concede su inclusión en la lista de grandes mercados emergentes (BEMs) y su empresariado privado irrumpe con fuerza sobre la economía nacional.  Las buenas relaciones que existen entre India y los Estados nos permiten afirmar ciertamente, que este último no tuvo reparos en concertar alguno de sus intereses e iniciativas con el gigante asiático, aprovechando sus vínculos históricos y el respeto de que goza India entre los países de la región, mientras que por otra parte, India perdió a su tradicional aliado estratégico -la ex URSS-  por lo que tuvo que priorizar la diplomacia económica en detrimento de la política.

Del mismo modo, EEUU ha realizado un audaz giro político hacia India, con la reunión del presidente George W. Bush y el primer ministro indio Manhmohan Singh en Washington en julio del 2005. Allí se acordaron nuevas vías de alianza energética, militar y antiterrorista. Pakistán, tradicional aliado estadounidense, comenzó a observar un panorama geopolítico más desfavorable. Por ello acentuó una relación más estrecha con China y propició canales de diálogo con Israel, aliado estadounidense e indio, para evitar un eventual aislamiento. En una nueva fase, se encuentran las relaciones, la visita de Bush ha colocado a India como un nuevo “aliado natural” de Washington.

En artículo de Procesos de Paz. Situación a finales de junio 2005 de Vicenç Fisas (Director de la Escuela de Cultura de Paz)   se plantea:

"Las relaciones entre India y Pakistán han continuado mejorando a través de la creación de numerosas medidas de confianza. Representantes de la APHC (coalición que agrupa a los principales partidos independentistas cachemires) se reunieron satisfactoriamente con el Presidente pakistaní, P. Musharraf y el Primer Ministro indio, M. Singh, durante la visita del primero a Delhi. El Gobierno indio, además, permitió por primera vez que los principales líderes de esta coalición visitaran Pakistán para mantener conversaciones con el Gobierno de este país. La facción moderada de la APHC expresó su deseo de iniciar negociaciones con el Gobierno indio.También se inició el servicio de autobuses entre las dos Cachemiras, por primera vez en 60 años, y se ha analizado la posibilidad de establecer nuevos servicios; el BM, por su parte, nombró a un mediador suizo para resolver la disputa entre ambos países por la presa de Baglihar, y comenzaron las negociaciones sobre la disputa por el glaciar de Siachen."

Aunque lo planteado por Fisas, es real, no podemos olvidar que este clima de distensión que viven hoy por hoy ambas naciones, puede ser roto en cualquier momento.

El conflicto de India y Pakistán por  el territorio de Jammu y Kashmir  en los  años de 1983 al 2003, como amenaza para la seguridad de Asia Sur, el papel jugado por los EE.UU. en  la estabilidad del área, así como la posición de algunos organismos internacionales como la ONU,  frente a este diferendo, es el tema escogido para desarrollar la  presente investigación, que entre otros aspectos hará un análisis de la evolución histórica  de este conflicto, tratando los diferentes actores  involucrados en el mismo.

La base del conflicto entre  India y Pakistán, viene desde tiempos de desintegración de la Colonia  Británica, está en el proceso de partición del subcontinente. Al amparo del Acta de Independencia nacieron los dos Estados, India y Pakistán y desde ese mismo momento Asia Sur se convirtió en un área conflictiva. Ambos países se disputan la región de Jammu y Kashmir, el interés en dicha región,  es de tipo estratégico, debido a que se trata de un territorio que genera un pasaje hacia el subcontinente entero a través del Himalaya. Por otro lado, Pakistán ve en Jammu y Kashmir una solución a sus problemas de dependencia del agua, ya que por esta región pasan tres importantes  ríos. Además, de esto,  el conflicto religioso subyace en la disputa por Jammu y Kashmir. Pakistán se atribuye el derecho a integrar la región de Jammu y Kashmir a su territorio, ya que la religión musulmana es mayoría en la región disputada. India, desacredita esta posición señalando que ellos se definen como un Estado secular, donde se promueve el multiculturalismo y la integración de los diferentes grupos ya sean étnicos o religiosos, junto al conflicto se da  la proliferación de  grupos de la jihad islámica en el arco Afganistán-Jammu y Kashmir, los cuales tiene objetivos separatistas. Por otra parte, existe una interrelación entre drogas-armas-militares-grupos islámicos en el arco Afganistán-Jammu y Kashmir. Lo que hace  que aumente el interés, por la posesión del territorio de Jammu y Kashmir.

La desigualdad económica entre India y Pakistán es un componente permanente de la crisis, puesto que la enemistad de mas de 52 años, encuentra fundamentos en la notable disparidad entre ambas naciones; disparidad que es también producto de la partición y el nacimiento de cada una de estas naciones, que a la luz de los últimos años,  lejos de disminuir, ha aumentado sobre todo, en cuanto al desarrollo económico de cada una de estas naciones, mientras India avanza en pos de convertirse cada día más en una gran  potencia económica, Pakistán, va quedándose retrasada por las propias políticas aplicadas por sus gobiernos, si bien es cierto  que una política de incentivo al desarrollo, no eliminaría  las causas del diferendo,  la única vía para cierta “paridad” hasta ahora, ha  sido solamente la tenencia de armamento nuclear, por parte de Pakistán.

Al apreciar este conflicto, somos testigos de un nuevo estilo de enfrentamiento, en el área del Subcontinente Indio, por tratarse de dos rivales en permanente conflicto, producto de la separación artificial de ambos Estados, posterior a su independencia,  y de la posesión de un poderío convencional y nuclear que significa el gasto de más del 55% de su PIB en el caso de Pakistán,  por tanto,  no se puede perder de vista,  que el área  en disputa es parte de las fronteras estratégicas de dos países con desarrollo nuclear, que han llevado a cabo un fortalecimiento de la carrera armamentista.

Este conflicto lleva a la necesidad de  una revisión histórica imparcial de la partición  del subcontinente, en consecuencia del acceso de Jammu y Kashmir a India, para dejar claros los aspectos territoriales  en  este conflicto que trajo, los éxodos y deportaciones masivas  que han ocasionado el desarrai¬go de millones de seres humanos, ya que se estima ha sido,  el mayor intercambio poblacional de la historia porque a pesar de haber surgido un estado islámico llamado a albergar a la población musulmana del subcontinente, del lado indio de la frontera quedaron cerca de 50 millones de musulmanes.

La apertura de un proceso de diálogo y las medidas de confianza mutua que deben desarrollarse entre India y Pakistán  deben ser valoradas positivamente. Pero en ningún caso indican todavía un progreso sustancial hacia una solución permanente del conflicto. India y Pakistán siguen teniendo objetivos distintos que obedecen a planteamientos diferentes y que se pueden resumir en que Pakistán no acepta la LoC como frontera final mientras que la India no está dispuesta a modificar la frontera que representa la LoC.

Un factor de gran importancia que no podemos dejar de mencionar, es el papel jugado  por Estados Unidos en Asia Sur,  que interesado en un equilibrio en el área le exige a India una fuerte y estable democracia de mercado y además la formalización de una estructura de seguridad regional bajo su predominio. Hay que destacar que todo esto se debe, a la manera en que Asia Sur ha quedado insertada en los diseños  de la seguridad nacional de la primera potencia sobre todo post 11/09 y por  tanto, el uso que hace  Washington del área  Por ello hay que destacar la  especial reconfiguración de las relaciones entre India y EUA,  ahora como socios globales; porque si antes la política de EEUU, hacia India, pasaba por Islamabad, en  el contexto actual, cabe decir, que la política de la primera potencia, hacia Pakistán, pasa sin duda alguna por Nueva Delhi.

Después del  11/09, el  foco central de la política de defensa estadounidense, se  ha dirigido hacia el Asia de manera integral y nueva; con formulaciones más sofisticadas en materia de contenciones y de presencia militar, por lo que ha ido quedando un  delicado equilibrio estratégico subregional dado por relaciones más simétricas  por parte de India y Pakistán  con Estados Unidos, siendo Jammu y Kashmir, para la seguridad de Asia Sur, el punto más espinoso,  ya una guerra de Pakistán en su condición de estado Islámico, contra India, podría añadir mas leña al fuego en la cruzada antimusulmana de los EEUU. , de ahí que Jammu y Kashmir devenga en por una parte, en  detonante, y por la otra en muro de contención, en las relaciones indo pakistaníes, en  la seguridad de Asia Sur, y  en la seguridad global en última instancia, ya que la disputa territorial enfrenta a dos naciones con capacidad nuclear, donde vive una sexta parte de la población mundial.

El conflicto por Jammu Kashmir es regional, y a la vez de alcance planetario, en el han influido directa o indirectamente, varios actores globales, el área es punto de encuentro de las fronteras estratégicas de diversos países  como Rusia y China, y esto hace que el mismo se torne como una situación, que llame a la alerta de sus implicados, y de otros no tan implicados, para logra la estabilidad, alejada hace mas de 50 años de esa zona del Asia Sur.

MCs. lic. Oneida G. Benítez Menéndez

Bibliografía:

Gupta S.  Kashmir: A Study in India – Pakistan Relations.  London; 1981.

Manuel Gurrea. Mohandas Karamchad Gandhi. La historia de mis experimentos con la verdad. Buenos Aires ; Editorial Kraft 5ta Edición , 1967.

Solana Valdés María del Carmen.  Asia sur en la geopolítica asiática. La Habana;Centro de Estudios sobre Asia y Oceanía,  Noviembre, 2003.