Feliz aniversario
El día sábado 26 de marzo del año en curso, pude ser testigo y a la vez participar de un acontecimiento altamente inusual. Un acontecimiento que con el transcurso del tiempo será más raro observar. Y es que las últimas estadísticas con respecto a este tipo de manifestación social, nos indican lamentablemente que la misma tiende a ir en desmedro.
Nuestra sociedad humana está cambiando y rechazando comportamientos sociales en aras de una supuesta tolerancia entre los seres humanos. La moral y las buenas costumbres se están convirtiendo en conceptos pasados de moda; cuando en realidad la moda está relacionada exclusivamente con la música, el vestido y elementos materiales de toda índole que involucran diseños cambiantes. El modelo tradicional de familia se está alterando. Con el transcurso del tiempo se aceptarán más modalidades de conformación de familia, con todas las variantes que nos podamos imaginar.
El acontecimiento del cual fui testigo y parte del mismo, fue el aniversario matrimonial de una pareja de esposos que cumplían 50 años de vida matrimonial. Pareja que es muy especial para mí, ya que yo formo parte del entorno familiar de la misma. La “novia” es hermana de mi esposa. Pero más allá de un vínculo político familiar, existe un vínculo profundamente relacionado con el cariño y el aprecio, que me une a los esposos que cumplían su aniversario matrimonial.
Para las personas (como el que escribe este artículo) que nos gusta analizar y profundizar en temas relacionados con el comportamiento de la sociedad humana, nos es muy gratificante y emocionante participar y ser testigos de algo que sabemos que con el tiempo ya no se podrá observar. Y más aún, si las personas que han alcanzado ésta meta conyugal, son parte de nuestro entorno familiar con lazos de cariño y aprecio.
Los jóvenes que desean unirse para formar pareja, (hombre, mujer - porque ahora hay que especificar) ya no quieren formalizar civilmente la unión y menos formalizarla religiosamente. Se estila mucho las llamadas “uniones de hecho” porque en el fondo se mueren de miedo el tener que afrontar una unión religiosa, que los comprometen a llevar la vida juntos en las buenas y en las malas.
Nadie nunca ha dicho que la vida matrimonial sea algo facilísimo de llevar. La vida matrimonial que empieza con el enamoramiento, el noviazgo y la unión civil y religiosa; es bien difícil sacarla adelante. Por experiencia propia sabemos que existen momentos felices con mucha alegría y también existen momentos duros y complicados para afrontar. No creo que haya una receta o un modelo a seguir, porque cada matrimonio es un mundo aparte y diferente en cada caso. Pero si podría decir que siempre hay que tratar que sean más los momentos felices y alegres que los momentos difíciles. Y también estar conscientes que el amor es algo que va en aumento conforme pasan los años y es lo único que hace la unión más fuerte.
Para finalizar este pequeño artículo, quiero desear algo para los esposos que cumplieron sus 50 años de vida matrimonial. No quiero ser como todos los que dicen: “Que sean muchos años más” yo diría más bien, y tratando de ser realista y objetivo:
“Que los años que Dios ha decidido mantener a la pareja unida, (en este mundo) sean los mejores de sus vidas. Que si tienen que haber dificultades, (que las habrá) que sean pocas. Que sean más los momentos felices y alegres y que el amor los una siempre, hasta la eternidad” Con mucho cariño, para Carmen y Enrique.
Andrés Arbulú Martínez
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