Cultura Maya para niños

La Cultura Maya: “Creer es Crear”

Lo que hoy quiero hablar sobre la cultura maya, es su filosofía de vida de que Creer es crear, y la relevancia que tiene en la educación de nuestros niños.

Lo mayas educaban a sus hijos, promoviendo desde muy jóvenes su colaboración en la sociedad, así les facilitaban una madurez llena de sabiduría y solidaridad.

La cultura maya, muestra a los niños desde pequeños, cuál es el alcance de su poder creador y la fuerza interior de su intuición. Les enseña que creer es crear, y que el Universo siempre dice “Sí” haciendo realidad todo aquello en lo que tus pensamientos y emociones se enfocan.

“Creer es Crear” significa que el universo da vida a todo aquello que tu CREES REAL, no sólo a la alegría, sino también a la tristeza y el enfado. Es la Ley de Atracción en Acción.

La cultura maya nos habla de vivir en armonía con la naturaleza y en unidad con el prójimo, ellos eran conscientes de que cualquier acción ejercida por el ser humano, repercute en todo el universo.

La Cultura Maya y su filosofia de Creer es Crear, nos muestran cómo podemos cambiar nuestras emociones con un sólo pensamiento, y en nuestra labor de educadores podemos y debemos enseñar a nuestros niños a dirigir sus emociones para crear equilibrio y armonía en su entorno. A través de esta filosofía de vida, podemos enseñar a nuestros hijos  adesarrollar todo su potencial y ayudarles a integrar principios fundamentales para su vida, que le servirán para lograr todo lo que deseen.

Santiago Pando, nos dijo:

"Si alguien sabe crear con alegría son los niños. Ellos son creadores de realidades fantásticas. Nacimos para crear y recrearnos con la vida. Ser niño es creer lo que ves. Vivir en la magia. Entre más niños crean en sus propios sueños, más felicidad sembraremos para el futuro".

Por eso hoy quiero hacerte un regalo.

Puedes descargar en este enlace: "Las enseñanazas de Hilaria Luz" un regalo que te ofrece CuidoDeMi.com, para que conozcas de cerca toda la sabiduría que esta filosofia puede aportar a nuestros hijos.