La mentira de la energía nuclear
La mayoría de las veces los medios de comunicación informan sobre la radioactividad únicamente cuando se produce algún alarmante escape radioactivo. Titulares que suelen olvidarse rápidamente a pesar de que el material radioactivo tiene una vida muy larga.
Lo cierto es que en la Tierra existen muchos elementos químicos naturales, lo que significa que las sustancias radioactivas en realidad son elementos naturales que se hallan en la Tierra y que pueden ser perniciosas. Por ejemplo la radiación terrestre que proviene del suelo desde donde puede pasar a la atmosfera a través de grietas y fisuras o la radiación que viene de arriba, es decir del cosmos y que está formada por partículas radioactivas que normalmente la atmosfera filtra.
Sin embargo quien más contaminantes radioactivos ha generado y genera es el ser humano. No hay que olvidar los miles de experimentos atómicos realizados por EE.UU., Unión Soviética, Francia, China y Gran Bretaña, donde primaba la hegemonía armamentística y no se reflexionaba apenas sobre las consecuencias que podían producir en la salud de las personas, los animales o la naturaleza.
¿Tiene acaso la humanidad afán de autodestrucción? Parece ser que si. De hecho en todos los tiempos la humanidad ha dado muestras de eso, aunque siempre que las personas se han alejado demasiado de una ética y moral elevada, se ha manifestado el Espíritu de Dios a través de profetas, enviados o personas iluminadas. También en la actualidad Dios habla a través de Gabriele de Würzbug, Su profeta y mensajera para nuestra época, quien a través de cientos de libros y manifestaciones ha advertido de los peligros de nuestra forma de vida, también de la radioactividad. En el libro “Origen y formación de las enfermedades” Dios advirtió de que en el futuro muchas enfermedades surgirían debido a la radioactividad incrementada. Pero a pesar de las muchas advertencias dadas en los últimos 36 años, los experimentos nucleares siguieron realizándose, y la energía nuclear sigue jugando un papel importante en el presente
Con respecto a la energía nuclear podemos decir que en 1954 se creó la primera central nuclear en Rusia y en 1956 en Gran Bretaña y hasta nuestros días existen 210 centrales nucleares que generan 8300 toneladas de basura radioactiva. Por lo tanto a la generación venidera le dejaremos 290.000 toneladas altamente radioactivas sin un cementerio definitivo donde almacenarlas.
A pesar de ello la energía nuclear en esta época de cambio climático se ensalza como una forma de energía limpia y amiga del medio ambiente, lo que no deja de ser un argumento absurdo, primeramente por la gran cantidad de energía que cuesta obtener el uranio, lo que en sí mismo no está exento de peligro, puesto que se trata de una energía muy cara que a fin de cuentas emana más dióxido de carbono que todos los demás contaminantes. ¿No habrá llegado el momento de hacer una seria reflexión y de quizás echar el freno?
Radio Santec
Ana Saez Ramirez
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