Primer día
El 16 de agosto de este año (2011), al fin mí inscribí en el Partido Popular Cristiano. Llené mi ficha y quedé inscrito. Pero todavía no estoy registrado en el padrón electoral del Partido en el Jurada Nacional de Elecciones. Todos los días verifico por Internet para ver si ya estoy inscrito, pero nada. Llamé por teléfono al partido y una señorita me dijo que esto va a demorar un poco. Bueno, tenemos que tener paciencia y esperar.
Sábado 3 de setiembre y asisto a mi primera reunión en las instalaciones del partido, en la avenido Alfonso Ugarte. Esta reunión es dirigida para todos los que recién se inscriben en el partido. La reunión es en el tercer piso del local. Empieza a las 5 de la tarde y termina a las 7 de la noche. En esta reunión asistimos como quince personas; supuestamente recién inscritas en el partido.
A las 5 de la tarde hacen su ingreso tres personas que se sientan detrás de una mesa delante de todos los asistentes que estamos cómodamente instalados en sillas de plástico – como las que se alquilan para eventos -. Dos señores y una señora al medio de ellos son los que se sientan detrás de la mesa. Y empieza la charla informativa para todos nosotros los recién inscritos en el partido. Sara Vázquez de Sitter, es la señora que nos da la bienvenida y se dispone a presentar a los dos expositores que tiene a sus costados.
El primer expositor es el señor Percy Tabory Andrade. Economista y tercer Vicepresidente del partido. Después de escuchar las palabras del señor Percy, estoy convencido, que hice bien en inscribirme en el Partido Popular Cristiano. Para mí, un novato en cuestiones políticas, escuchar hablar a un político de esta manera; es impresionante. Su discurso abarcaba en todo momento aspectos eclesiológicos, y esto para mí era novedoso. Nunca, pero nunca, había escuchado decir de boca de un político, palabras haciendo alusión al Evangelio, y a las encíclicas papales. Decir que estos asuntos están estrechamente ligados a la política.
Para mí – como repito – que estoy acostumbrado escuchar a los políticos decir: que Dios no tiene que ver nada en política, y escuchar, que cada vez que el Cardenal quiere hacer algún comentario sobre el accionar de nuestros políticos; los políticos saltan y dicen, que su Eminencia no debe interferir en estas cosas de política. Es reconfortante saber que existe un partido político, que sí considera a Dios y que Él mismo tiene que estar presente en la política del país. Porque de eso se trata. Dios está en todas partes y, eso nadie lo puede negar.
Por otro lado, me ha servido mucho estar atento a los asuntos económicos de nuestro país, porque pude entender mejor todo lo que decía el señor Percy Tabory sobre economía política. Por eso creo que el canal ‘N’, es el que tiene los mejores periodistas. Periodistas que profundizan más en los asuntos económicos políticos de nuestro país. El programa televisivo ‘Rumbo Económico’ con Jimena de la Quintana; y la ‘hora N’ con Jaime de Althaus, son programas – como repito – que profundizan de una manera excelente, nuestra realidad político económica.
En esta reunión me emocionó mucho también, conocer a uno de los fundadores del partido. El señor Antonio Espinosa Laña. Un hombre veterano y viejo zorro en política – como él mismo lo dijo -; nos dio en cuarenta minutos una breve reseña histórica de la formación de los partidos políticos en nuestro país. Lo que sí me arrepiento, es no haber llevado mi grabado de periodista que me compré para mis clases de teología. Pero bueno, ya habrá otra oportunidad. El señor Antonio, nos dijo de la existencia del libro de Lourdes Flores; el cual lo tenía en su maletín y nos lo mostró. El libro lleva por título ‘El Evangelio y la Tierra’. El título del libro, es tentador para alguien como yo, que cree que Dios debe estar presente en la política.
Bueno la aventura política recién comienza – a lo mejor un poco tarde en mi vida – pero creo que nunca es tarde, cuando la dicha es bueno – como reza el dicho. Y también estoy consciente, que hay mucho por aprender. Pero también es cierto, que hay que ver las cosas con calma y sin rencores sociales.
Andrés Arbulú Martínez
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