Que descanse en paz
Me gusta mucho ver los programas políticos por televisión; veo las noticias, leo periódicos por internet, y estoy al tanto de casi todo lo que acontece en la política de nuestro país.
El señor Abugatas “se va pa la Abana y vuelve más”. Un mes estará por ese país, sin declarar como fue la cuestión de los “gestores”. El hermanísimo de nuestro presidente -(no me vayan a enjuiciar como al periodista que publicó el libro sobre el hermano del presidente Correa del Ecuador)- está con todos los privilegios en el penal “Virgen de la Mercedes patrona de los reclusos”. La bancada Nacionalista desaforó del partido al congresista “Mamarrachín”; yo opino que ésta es una advertencia para todos los congresistas oficialistas – “Si te portas mal, pa fuera”-
Como repito – me gusta mucho ver los programas políticos en televisión y, sobre todo los de opinión. Cuando veo un programa de opinión sobre política: eso es lo que quiero ver. Pero resulta que a la señora Rosa María Palacios, se le está dando últimamente, la gana de hablar de futbol ¿Perdón?... Y no sólo a ella. En el programa ‘Sin medias tintas’ también. ¿Qué está pasando? Cuando sintonizo un canal de televisión, para ver y escuchar hablar de política, es para eso y, no para escuchar tonterías.
Un noticiero es otra cosa. En un noticiero empiezan con las tragedias, luego con la política, siguen con la farándula y terminan con “deportes”. Pero un programa de opinión política, debe ser eso – creo -.
Para que darle tanta relevancia a algo que va camino a la desaparición en nuestro país. Cómo es posible que el Gobierno tenga que invertir dinero para salvar algo que no vale la pena; habiendo cosas más importantes para resolver. Por ejemplo: Todo ese dinero que se piensa utilizar para salvar algo insalvable, debería utilizarse para recuperar todo ese material didáctico (llámense: libros, computadoras, etc.), que se acaban de quemar en el incendio del Ministerio de Educación. Material que iba a ser repartido a nivel nacional. Ese sí sería un gasto bien utilizado.
Por otro lado: el que escribe, siempre ha opinado que el futbol en nuestro país, ya no significa nada. Solamente ha servido para traer desgracias tras desgracias. Las “barras bravas” son una tira de delincuentes, que siempre han ocasionado, ocasionan y ocasionaran, actos delictivos.
El futbol peruano, estaba en agonía; ya está muriendo, déjenlo pues, descansar en paz.
Andrés Arbulú Martínez
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