Los cursos de idiomas en el extranjero pueden mejorar su aprendizaje sustancialmente
Hacer un curso de idiomas en el extranjero es una experiencia muy buena para avanzar en el conocimiento de la lengua que estamos aprendiendo. Viviendo el día a día en un país, cuyo idioma queremos dominar, nos será de gran utilidad porque vamos a tener la ocasión de escuchar la pronunciación de las palabras y de leerlas permanentemente, ya que por todos lados encontraremos avisos y señales escritos en el idioma del país. Desde que salimos a la calle vamos a leer los letreros de las tiendas, así como los de publicidad comercial. También leeremos los rótulos que nos indican los nombres de las calles y los anuncios que pueda haber en los medios de transporte. Además tendremos ocasión de escuchar cómo se expresa la gente escuchándola hablar en alguna tienda, dentro del autobús, en la cafetería y en muchos otros lugares. Si vamos a alojarnos en casa de familia será mucho mejor, porque tendremos ocasión de conversar con ellos a la hora del desayuno o cuando regresemos a casa después de haber asistido a clases. Yo creo que la opción de alojarse en casa de familia es mucho mejor que la de alojarse en un hotel u otro lugar donde no se tenga la ocasión de conversar con el dueño del local.
Sería más conveniente si en nuestro salón de clases no tengamos ocasión de hablar en nuestro idioma, sino que nos veamos en la necesidad de usar el idioma que aprendemos. Por ello es mejor que nuestro contacto con nuestros paisanos sea el menor y si no es así, que incluso nos comuniquemos en el idioma del país que estamos visitando. Por otro lado, estando en el país donde se habla la lengua de nuestro interés, nos va a permitir escuchar y aprender palabras y frases que de otro modo nunca vamos a llegar a aprender. Como por ejemplo la frase que aprendí en Alemania: “Machen wir uns auf die Socken”, que literalmente se puede traducir: “pongámonos sobre las medias” y que en realidad quiere decir: “Vámonos ya de aquí”. Otra fue la siguiente: “Ich halte den Daumen hoch”, que literalmente se traduce: “Tengo el pulgar arriba” y que significa “Te deseo éxito”. Y, finalmente, esta otra: “Male nicht del Teufel an die Wand”, que traducida es: “No pintes el diablo en la pared” y que significa “No hables sobre cosas malas que puedan pasar”. Todas estas expresiones se aprenden en el país de origen y estoy seguro que existen para cada idioma.
Ahora bien, para alguno de nosotros nos será más fácil tomar un curso en el extranjero si el país, que vamos a visitar, no se encuentra muy lejos del nuestro. Tal es el caso de los habitantes de la comunidad europea. Ellos tienen muy cerca los países en donde se habla la lengua que están estudiando. Por ejemplo, para un español que quiera aprender alemán, no le resulta tan lejos viajar a Alemania o Austria a tomar un curso, como si le resultaría a un latinoamericano o a un norteamericano que quisieran hacer el mismo curso. Lo mismo sucede con la lengua francesa y la inglesa. Para los habitantes de los continentes de América del Norte y del Sur les resulta más lejos tener que ir a Europa a aprender francés, alemán, italiano u otra lengua europea. Y esto trae como consecuencia que un curso pueda resultar un poco más caro por el costo del pasaje. Sin embargo, si se puede superar ese obstáculo, y estamos decididos a tomar un curso en el exterior debemos seguir adelante con nuestra intención de hacerlo.
Como ya lo he mencionado líneas arriba, hacer un curso en el extranjero es una gran y maravillosa experiencia. Vamos a tener la ocasión de conocer a gente de otros países que también está siguiendo el mismo curso y también conoceremos directamente acerca de la cultura del país que estamos visitando. Además podremos conocer las comidas típicas del país y los atractivos turísticos que se nos ofrecerán. Todo esto hará que nuestro curso sea una experiencia inolvidable y que incrementemos nuestro conocimiento del idioma en una manera notable.
If you like to know more about this topic hold on here
Registro automático