La fuerza del deseo no conoce límites

Uno de los elementos más importantes para triunfar es el deseo, pero este debe ser auténtico, porque muchas personas se confunden, mencionan que desean algo, pero sus actos están lejos de los propósitos, cuando hay un divorcio entre acciones y deseo, nos damos cuenta que ese es tan solo un deseo vago, tibio que no podrá llevarnos a conquistar un sueño.

Cuando hablamos de la fuerza del deseo significa que la persona está obsesionada con esa idea, está dispuesta a realizar prácticamente cualquier sacrificio con tal que su expectativa se cumpla, esa actitud es la que hace que las personas sean mencionadas en los libros, nosotros debemos buscar nuestro mayor sueño y comenzar a luchar por conquistarlo con una determinación tan fuerte que sintamos que nunca antes habíamos actuado con tanta pasión.

El deseo profundo se caracteriza por levantarnos todas las mañanas llenos de emociones positivas porque vamos a sumarle unos cuantos ladrillos a nuestro castillo, saber que nos dirigimos a la gran meta es importante, pero en algunas ocasiones el estar viendo todo el camino puede ser desesperante, lo mejor es enfocarnos en el momento presente, nos preguntamos ¿cuáles son mis objetivos para el día de hoy? Entonces concentrarnos en cumplirlos de la mejor forma posible, al día siguiente hacemos lo mismo, así día a día, de pronto estaremos en la cima del éxito.

Un fuerte deseo también se caracteriza por establecer prioridades, cuando tenemos una increíble sed de éxito solo estamos pensando en cumplir la meta, no hay mente para ninguna otra cosa, este es un aspecto que es difícil de digerir, porque todos necesitamos diversión y equilibrar la vida, pero la verdad es que si deseamos modificar de forma radical el sistema de creencias, hay que enfocar la mente día y noche en el propósito, entre más fuerte sea nuestro trabajo, implica que los cambios ocurrirán pronto.

El deseo implica el no conformarnos, buscar nuevas formas de hacer las cosas, siempre existen opciones para mejorar, las empresas líderes en el mundo actúan de esa forma, solo así se pueden mantener en la cima, el éxito es una carrera que no tiene fin, podemos dar mucho más de lo que estamos acostumbrados, con el tiempo la especialización nos permite resultados más eficientes.

Los límites que nos impiden triunfar, solo están en nuestra mente, cuando intentamos lo grande y lo conseguimos, nos damos cuenta que no era tan difícil como imaginábamos, entonces nos atrevemos a ir más allá, subimos otro peldaño en la carrera a la autorrealización, de esa forma podemos llegar muy lejos, tenemos el poder para hacerlo.

Una vez que comenzamos a poner orden en nuestra vida, todo el panorama que nos llevará a obtener grandes triunfos se va aclarando poco a poco, es todo un proceso, lleva su tiempo y hay que estar dispuestos a superar muchas pruebas, pero por duro que pueda ser una dificultad, no se compara con los beneficios de ser un triunfador.