ABOGADO CULTIVADOR DE VALORES O SEPULTERO DE ELLOS
La abogacía, históricamente fue considerada como la profesión de mayor prestigio, junto a la de Medicina Humana; ello por que encarnaba el sentimiento de justicia que ansiaban nuestras sociedades y por qué el ciudadano que deseaba desempeñar la profesión de abogado tenía que estar dotado de conocimientos en distintas materias y disciplinas, a fin de garantizar la justicia, la igualdad y la correcta convivencia entre los miembros de una comunidad.
El prestigio que representaba el ejercicio de la profesión, tenía que ir enmarcado en claros y definidos valores éticos y morales, que acreditaban la solvencia en el desempeño de la profesión y mayor aún en la vida honesta y correcta de un letrado.
Sin embargo, en nuestro país tan honrosa profesión ha venido a menos, en primer término porque son abogados quienes integran el Poder Judicial y esta institución, según las encuestas, es la menos confiable; por otro lado los abogados litigantes han dejado en el ropero del olvido el solemne juramento de actuar con probidad y honestidad.
A fin de colaborar con el desagravio de nuestra profesión analizaremos que es la ética y la moral, para finalmente sugerir acciones que ayuden a revalorar los valores.
Etimológicamente la palabra ÉTICA, Proviene del vocablo griego ethos, que significa acción, costumbres, hábitos, modo de ser carácter; mientras que MORAL proviene del vocablo latino “mos” o “more y “moralis” que significa costumbre, hábitos.
La ética estudia la moral y determina qué es lo bueno y, desde este punto de vista, cómo se debe actuar. Es decir, es la teoría o la ciencia del comportamiento moral de los hombres.
La ley moral es la más profunda ley de vida de los pueblos y de las culturas, como fuerza reguladora de la vida social. La Moral regula la conducta humana porque impone al sujeto el deber de un comportamiento Determinado, omitiendo todo acto contrario.
La palabra ética y la palabra moral según su etimología tienen significados parecidos. Estos dos términos proceden uno del griego y otro del latín, pero tienen la misma significación original. Ética deriva de la palabra griega ethos (costumbre) y moral del término latino mos−moris (costumbre). Ambos tienen, pues, la misma raíz semántica.
Con el tiempo, ambos vocablos han evolucionado hacia significaciones distintas, (si bien, complementarias), del actuar humano. El término ética se reserva para enjuiciar la conducta humana desde el punto de vista racional, tal como se estudia en la filosofía, o sea significó el actuar humano conforme a las exigencias éticas marcadas por las distintas religiones.
El uso de la palabra Ética y la palabra Moral está sujeto a diversos convencionalismos y que cada autor, época o corriente filosófica las utilizan de diversas maneras. Pero para poder distinguir será necesario nombrar las características de cada una de estas palabras así como sus semejanzas y diferencias.
La Moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades, es un conjunto de normas a saber que se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica, estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad.
La ética es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta.
Podemos resumir en que la Moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecidas en el seno de una sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio la Ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección.
A fin de recuperar los valores, es menester que los colegios profesionales capaciten constantemente a sus integrantes no solo sobre temas propios de la profesión; también deben hacerlo en la formación ética y moral de los colegiados; reforzar los valores en los cursos de civismo en el nivel básico y ampliar en las universidades los créditos en cursos de formación moral.
JORGE ALBERTO SOLIS GOCHE solisjorge64@gmail.com
Registro automático