Métodos de control de plagas de aves: Las aves rapaces.
Cuando hablamos de control de plagas, el uso de métodos naturales o métodos químicos depende de que tan avanzada esté la plaga, las características específicas de esta y el lugar a tratar.
Por eso, según sea el caso, las empresas de control de plagas, saben cómo dar una solución eficaz y rápida cuando un espacio se ve invadido por algún animal que además de multiplicarse a gran velocidad se está volviendo en una amenaza.
LA MEJOR OPCIÓN PARA EL CONTROL DE PLAGAS DE AVES
En lo referente al control de plagas de aves los expertos aconsejan que se acuda a la prevención, ayudándose de barreras físicas o modificando el hábitat, en algunos casos valiéndose del sonido, pero también existe el control de plagas biológicas (ver aquí), que, en Europa, EE.UU., Canadá y Sudamérica se viene desarrollando con resultados óptimos.
Estamos hablando concretamente de la Cetrería: el arte de entrenar a halcones y otras aves rapaces a fin de ahuyentar palomas (aquí) y aves con posibilidades de convertirse en una plaga y por tanto en una larga cadena con alas que por sus características propias no están a nuestro alcance. Para ello, es importante saber qué el águila de Harris, el Halcón aplomado o el gavilán, están entre las rapaces que mayor resultado nos brindarán.
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CÓMO FUNCIONA EL CONTROL DE AVES PARA AHUYENTAR AVES
El control de aves con rapaces (ver servicio aquí), consiste en simular vuelos de halcones, azores o águilas en determinadas zonas con plagas de aves. Es, en suma, un método ecológico que no atenta contra el medio ambiente ni contra el ecosistema de la zona afectada. Además, cabe señalar que el control con aves de presa hace uso del esquema natural, es decir: animales depredadores frente a animales depredados. En la edad media la cetrería era un deporte aristocrático practicado por los reyes. Y, aunque se originó en Asia, a Europa llegó con las invasiones godas, en lo referente a su utilización para erradicar otras aves.
Para poner este método en práctica, se realiza un estudio para comprobar que no exista ningún depredador que pueda ser una amenaza para la ave rapaz que realizará el trabajo de ahuyentar. El segundo paso será avisar y sensibilizar a la población de la zona de que no puede molestar o dañar el ave, ya que sinó no se podrá controlar la plaga de aves.
Destacar que esta práctica, con aves rapaces, desde los años 50 se utiliza en distintos aeropuertos a fin de despejar las pistas pues patos, garzas o codornices, a veces son una amenaza para los reactores de los aviones y ponen en peligro la vida de los pasajeros. No esperemos a tener una plaga para reaccionar.
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