Milinko Pantic, historia viva rojiblanca

¿Qué fue del especialista a balón parado colchonero?

Milinko Pantić fue un jugador de origen serbio que militó en la filas del FK Partizan Beograd yugoslavo, Panionios NFC griego, Le Havre AC francés y con la zamarra rojiblanca del Atlético de Madrid, donde es recordado como una leyenda.

En el equipo del Manzanares es recordado por estar presente en la gloriosa temporada del doblete, por sus centros medidos milimétricamente a la cabeza del delantero de turno, y por sus recortes en la banda, su zona del campo por excelencia.

Sus inicios en el Partizán de Belgrado no fueron todo lo sencillos que un jugador de semejante calidad podría hacer pensar. Allí era suplente, y no contaba para sus entrenadores con la asiduidad que él pretendía.

Tras idas y venidas con el club durante los seis años que estuvo ligado, aterrizó en la liga griega, más concretamente en el Panionios, con los 25 años recién cumplidos y desenado hacerse un nombre de verdad y despuntar dentro del marco futbolístico internacional.

Llegó en 1991 con un cartel de buen jugador aún por demostrar, y al año siguiente ya era nombrado el mejor jugador extranjero de la liga griega, en lo que él mismo recuerda con las siguientes palabras: "A mí me pasó factura no ser titular en Partizán. Todavía no entiendo por qué no jugaba. Pero llego como suplente a Grecia en el 91 y en el 92 me nombran mejor extranjero de la liga griega".

A pesar de que en este equipo las cosas empiezan a fluir por su cauce y a mejorar en referencia a lo que Milinko buscaba en su carrera, el verdadero momento crucial en su carrera fue el traspaso rumbo a la Liga Española, para vestir la camiseta del Atlético de Madrid.

Su llegada a la capital hizo preguntarse a toda Grecia como era posible que los grandes de la liga no hubiesen puesto sus ojos en semejante jugador, pero ese tren pasó. Y si el fichaje se concretó fue gracias al, por entonces, entrenador del Atlético de Madrid Radomir Antic, el cual lo conocía gracias a su pasado como director deportivo del Partizan: "Mandé vídeos míos a Antic y era lo que él quería: un jugador que tocara en el medio, con balón parado... He leído varias veces que le dijo a Gil que estaba dispuesto a pagar mi fichaje de su bolsillo. Yo nunca le pregunté a Antic si fue así, pero supongo que sí. Él lo tenía claro y si lo dicen será cierto".

Y la situación en Madrid no podía ser mejor desde su desembarco en 1995. Un gol de falta directa frente a la Real Sociedad, recordado por todos los aficionados colchoneros, permitió al Atlético consumar el doblete haciendo posible una remontada histórica: "Debutar en el Calderón y marcar un gol delante de tu afición, aunque hay que reconocer que con mucha suerte, fue el comienzo deseado por todos. Subimos para arriba y conseguimos ganar un partido que fue el primero de muchos. El año anterior el Atlético estuvo luchando casi para no bajar".

Y cabe destacar también que marcó de cabeza el gol decisivo en la prórroga de la Final de la Copa del Rey disputada contra el FC Barcelona en Zaragoza.

El Atlético vivía pues, una época dorada en su historia, y Pantic era uno de los nombres propios de ello. Siempre cercano a una afición y teniendo presente el valor y coraje del equipo rojiblanco, Milinko llegó a jugar la Champions del año 97, en la cual asegura que les faltó un pelín de suerte para apuntillarla, y haber conseguido así cambiar aún más la historia del equipo que le hizo crearse un nombre en el fútbol a base de goles y centros milimétricos.

Y llegó Juninho. Y no cabían los dos. El brasileño llegó con la estrella e un fichaje mediático y caro, y esta era una losa que Pantic no acertó a descubrir a tiempo: "Yo no le conocía de antes. Pero después del primer entrenamiento me di cuenta de que no cabíamos los dos. Y él tenía la ventaja de haber sido un fichaje muy caro. Es muy difícil competir contra un fichaje estrella. Quizá me equivoqué por no marcharme cuando le ficharon a él. No supe interpretar la jugada y me quedé fuera de juego".

Tras 136 partidos y 65 goles con la camiseta del Atlético, Pantic dice adiós en la temporada 97/98. Llevándose el recuerdo de la falta a la Real Sociedad, y sobre todo los enfrentamientos contra el Barcelona: "Con el Barça jugué los mejores partidos de mi vida. Quizá había una especial motivación porque el Barcelona era el equipo de todos en la época del Dream Team".

En 1999 se marchó al Le Havre AC francés y se retiró dos años más tarde en el Panionios NFC griego, el club que lo sacó de la suplencia en el Partizán.

Actualmente, y tras haber sido entrenador del Atlético de Madrid B, es entrenador del FK Bakú, club de la liga de Azerbaiyán.

En el Atlético siempre será recordado como una leyenda que vistió la camiseta, habiendo conseguido grandes goles y triunfos, y que sea recordado tanto como por la afición, como por los compañeros y entrenadores que le acompañaron en su vida futbolística.

• Caminero: "diferente, con mucha clase y mucho talento".
• Kiko: "un fenómeno, un artista en todos los sentidos".
• Simeone: "muy importante para el grupo. Un guerrero".
• Molina: "nuestro tercer central. El jugador doce. Como Beckembauer, jugaba muy bien con los pies".

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