¿Cómo nos alimentamos?
Con el progreso de la civilización se ha reducido, por una parte en gran manera la cantidad de plantas que nos proporcionan alimento y por otra se ha fomentado la intensificación en gran escala de los cultivos de una sola especie: en la edad media se cosechaban más de una docena de especies diferentes de espinacas. Con la introducción de la patata desaparecieron por lo menos 40 especies de hortalizas muy conocidas y extendidas en aquellas fechas. Como contrapartida de esta disminución numérica tenemos la intensificación del cultivo de otras especies.
¿Cómo se alimenta la raza humana? He aquí la cuestión básica de toda la agricultura desde que existe el cultivo con el arado. Lo que en Gracia y Roma eran los cereales y lo que es el pan en la actualidad todavía para nosotros, era en África hasta hace poco el mijo. En una civilización más elevada el mijo es sustituido por el maíz, el cual en el continente americano, ya fue cultivado por los pueblos incas del Perú, mientras que en el lejano Oriente el arroz representa el alimento principal de 900 millones de personas. El miembro más importante de la familia de los cereales es el trigo. La cosecha mundial, calculada en un en un promedio de diez años, se cifraba antes de la segunda guerra mundial en cientos de millones de euros. Los principales productores del mundo de trigo son Rusia, EEUU, y China.
La remolacha azucarera por ejemplo, ha llevado consigo amplias consecuencias. La producción de abonos, el ganado y los rendimientos netos han aumentado. El contenido del azúcar de la remolacha ha podido mejorarse constantemente. Muchos países, producen ahora muchos más alimentos en su propio territorio que antes de los años 90. El ideal de muchos países ha sido proveerse por sus propios medios agrícolas (tendencia a la autarquía).
En un futuro, los gobiernos tendrán que tomar medidas enfocadas a aumentar respecto a la agricultura, los ingresos directos de los agricultores y de manera indirecta la rentabilidad de la agricultura. Sin embargo, a la larga tampoco se consigue gran cosa ayudando a los agricultores con subvenciones de distinta especie, la agricultura necesita de un cambio fundamental de estructura que no puede realizarse de hoy para mañana.

Roberto Sandero, Biólogo en la sección municipal para control de plagas Madrid.





































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