Agua que no has de beber, cuídala para los que han de venir
Tales de Mileto: "El agua es el elemento y principio de las cosas"
El estado de los árboles resecos en los huertos caseros de los municipios del centro y del norte de La Guajira es un buen indicador de lo que está sucediendo no solo en la región sino el mundo: vivimos una epoca de sequía que alcanza niveles preocupantes y cuyos efectos pueden ser terribles si no se toman a tempo las medidas necesarias para proteger las fuentes hídricas y para convencer a la sociedad y a las empresas de que es necesario darle un uso racional y eficiente al más valioso de los recursos naturales con que cuenta la humanidad.
Las estadísticas relacionadas con las reservas de agua en buenas condiciones para el consumo humano, la conservación de las fuentes y la cantidad de personas que sufre por falta del vital elemento deben prender desde ya las alarmas de los gobiernos, las fundaciones sociales, las organizaciones para la defensa del medio ambiente y, en general de todo el que quiera trabajar por un planeta en el que puedan vivir sin angustias ni sufrimientos las nuevas generaciones, es decir, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Acceder al agua se ha ido convirtiendo poco a poco en un privilegio del cual están excluidos grupos cada vez más grandes de la poblacio mundial.Algunos estudios realizados por la Organización de las Naciones Unidas revelan que unas mil cien millones de personas en el mundo están privadas de la posibilidad de tener agua al alcance de su mano y de sus necesidades. En términos porcentuales estamos hablando de más de un 15% del todal de los inquilinos de la tierra marginados del uso de uno de los más importantes proveedores de vida y bienestar.
Pero el tema es mucho más complejo y preocupante pues los informes dan cuenta de que hay más de 2.400 millones de personas sin acceso a un servicio de saneamiento básico, lo cual, desde luego, afecta la calidad de vida de quienes están en esta situación y es un escenario propicio para la propagación de enfermedades cuyos efectos son implacables sobre todo entre los niños. En cpncordancia con lo anterior debemos mencionar que 2.200 millones de habitantes de países pobres, la mayoría de ellos niños, mueren todos los años a causa de enfermedades relacionadas con la falta de agua potable. Esto significa que diariamente pierden la vida por este motivo más de seis millones de ciudadanos del mundo; ¡Más de 250 mil personas por hora y algo más de cuatro mil por minuto! Desde el momento en que el lector empezó a leer esta nota han perecido más de 25.000 hombres y mujeres, casi todos ellos niños y niñas, a causa de la falta de agua o de un eficiente servicio de saneamiento. Se calcula que si a las regiones más golpeadas por esta situació se le suministrara agua potable y se le prestaran unos servicios dignos, las muertes podrían reducirse hasta en un 75%.
Cuando niños se nos enseñó en las clases de geografía que el planeta está compuesto en sus tres cuartas parte por agua, lo cual sigue siendo cierto, pero...solo el 2.5% de las masas de agua existentes,es dulce, mientras que el 9.5% restante es agua salada. Pero falta aún un dato al respecto: de la totalidad del agua dulce, que como vimos es poca, el 70% se encuentra congelada en los polos. Una buena parte se encuentra en la humedad del suelo y en acuíferos subterráneos cuya profundidad no permite un total aprovechamiento. Lo anterior significa que estamos sobreviviendo con una pequeñísima cantidad del líquido de la vida, lo cual es una razón muy poderosa para que lo cuidemos como una forma de preservar nuestra existencia.
Es necesario proteger las fuentes de agua, tomar medida para proteger la cuenca de los ríos, reforestar sus cabeceras y evitar que la mano del hombre continúe siendo dañina para la naturaleza y para él mismo.
Podriamos vivir sin oro y sin plata; podríamos seguir viviendo sin petróleo y sin gasolina; tal vez hasta nos readaptaríamos a la vida de los siglos precedentes si tuviéramos que vivir sin electrcidad, como algunas poblaciones ya lo están haciendo debido a los constantes cortes del fluido e`léctrico. Pero jamás, léase bien, jamás podremos vivir sin agua. Por eso hay que cuidarla, con todas nuestras fuerzas.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso escritor y periodista ítalo-colombiano quien además ejerce la docencia en varias universidades. Es autor de cuatro libros sobre ética y liderazgo y figura en tres antologías de autores colombianos. Contáctelo al cel. 300 8055526 o al correo alejandrorutto@gmail.com. Lea sus escritos en MAICAO AL DÍA, página en la cual usted encontrará escritos, crónicas y piezas hermosas de la literatura colombiana.
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