No estás preparado/a para tener un hijo
El deseo de tener un hijo y formar una familia es un pensamiento totalmente comprensible, hasta biológico y a todos se nos pasa por la cabeza, aunque en algunos casos solo se queda en eso, en un pensamiento. En este caso ignoraremos los casos de embarazos indeseados.
Miles de parejas sólidas (o quizá solo uno de los dos) toman esta decisión que debería ser más difícil y pensada de lo que resulta hoy; quizá buscando el lazo definitivo, la felicidad mutua, un sueño o una meta; o simplemente les gritó esa necesidad biológica de reproducción. Pero, ¿y qué hay del niño o la niña? Puedes tener vergüenza hasta de preguntarlo porque obviamente la respuesta será algo como que la criatura tendrá mucho amor y cariño para recibir (no solo de la pareja sino también de otros familiares), una "buena educación, etc. Todos te mirarán mal y quedarás como un inmaduro, cuando la pregunta era más que aceptable.
Antes de tener un hijo deberías hacerte ciertas preguntas aparte de si estás en buenas condiciones sociales y económicas, se requiere más que eso para cuidar y educar a un niño. Esto ya no es como antaño, que nos reproducíamos por aburrimiento, para formar lazos entre familias o cosas así, ahora es una opción (repito, sin contar los embarazos indeseados).
Vamos a ir al grano, los padres tienen una responsabilidad con sus hijos y con la sociedad, así como los profesores con sus alumnos, y solo uno de estos dos grupos requiere formación especializada. No es que necesites un máster, en realidad no necesitas nada; pero cuestiónate a ti mismo si eres lo bastante bueno, un ejemplo a seguir, si puedes conseguir que el niño sea mejor que tú en un futuro; si no es así, el infante aún puede conseguir el mayor éxito, mayormente por cuenta propia; o quedarse en la mediocridad, debido a malas influencias, entre otras cosas. Si no te planteas las cuestiones anteriores o no te importa, no quieres lo mejor para el bebé, quieres lo mejor para ti, para que el bebé te llene. Luego, cuando nazca, sí que querrás lo mejor para él y será cierto. Sin embargo con el tiempo pueden suceder millones de cosas que agrietan o directamente rompen este lazo feliz. No es ningún secreto la colosal cantidad de divorcios, violencia familiar, separación total de la pareja, problemas con las drogas, adulterios...por no hablar de los casos más trágicos. ¿Dónde entran los hijos en esta ecuación? Son simplemente víctimas.
La sociedad nos influye mucho en estos temas, ya que se empachan de optimismo y empujan a las parejas a ser padres, está bien visto. Ni con los hijos podemos escapar de lo políticamente correcto, y pasa en diversos casos. Por ejemplo: lo correcto es halagar a los padres cuando cumplen con éxito su papel y cuando el niño sale llorón, revoltoso y desobediente, hay que echarle la culpa al niño, (aunque en algunos casos, los padres no puedan evitar sentirse culpables) que, por cierto, puede ocasionar problemas psicológicos. Y no hablemos de depresiones a largo plazo debido a problemas familiares o escolares.
Hay que ser más críticos y objetivos. Debemos preocuparnos realmente por el futuro de los niños, que serán la sociedad de mañana, y serán los que deban ser mejores que las generaciones pasadas para no estancarnos en la ignorancia. Con esto solo pretendo concienciar a las personas y hacer que piensen desde otra perspectiva. Que se entienda que no pretendo culpar ni atacar a nadie.
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