Los inicios del bombillo
Hace más de 150 años, los creadores comenzaron a tomar una idea brillante que afectaría dramáticamente la forma en que usamos la vitalidad en nuestros hogares y lugares de trabajo. Esta innovación cambió la forma en que estructuramos las cosas, alargó la duración de la jornada laboral normal y dio inicio a nuevas organizaciones. Además, impulsó nuevos saltos de vitalidad: desde centrales eléctricas y líneas de transmisión eléctrica hasta aparatos domésticos y motores eléctricos.
BOMBILLA S RADIANTES ILUMINAN EL CAMINO
Mucho antes de que Thomas Edison obtuviera la licencia, primero en 1879 y luego un año después en 1880, y comenzará a comercializar su luz radiante, los innovadores ingleses demostraron que la luz eléctrica era concebible con la luz curva. En 1835, se ilustró la luz eléctrica constante principal, y durante los siguientes 40 años, los investigadores de todo el mundo se ocuparon de la luz radiante, manipulando la fibra y el El aire del bulbo. Estas primeras bombillas tenían expectativas de vida muy cortas, eran demasiado costosas para siquiera pensar en producir o utilizar.
Para octubre de 1879, el grupo de Edison había creado una luz con una fibra carbonizada de hilo de algodón sin recubrimiento que podría continuar durante 14.5 horas. Continuaron explorando diferentes caminos con respecto a la fibra hasta elegir una producida con bambú que diera a las luces de Edison una vida útil de hasta 1.200 horas: esta fibra se convirtió en el estándar para la bombilla Edison durante los siguientes 10 años. Además, Edison realizó diferentes mejoras a la luz, incluyendo hacer un sifón de vacío superior para expulsar completamente el aire de la bombilla y construir el tornillo Edison (actualmente el accesorio de fijación estándar para las luces).
Lo que hace que el compromiso de Edison con la iluminación eléctrica sea tan poco común es que no se detuvo con la mejora de la bombilla: construyó un conjunto completo de desarrollos que utilizaban luces razonables.
Luego mientras Edison estaba probando todo el marco de iluminación, diferentes creadores procedían a hacer pequeños avances, mejorando el proceso de fabricación de fibra y la productividad de la bombilla. El siguiente gran cambio en la bombilla incandescente acompañó la innovación de la fibra de tungsteno por los creadores europeos en 1904. Estas nuevas bombillas de fibra de tungsteno continuaron funcionando por más tiempo y tenían una luz más espléndida en contraste con las bombillas de fibra de carbono. En 1913, Irving Langmuir entendió que establecer un gas inactivo como nitrógeno dentro de la bombilla multiplicó su efectividad. Los investigadores continuaron haciendo mejoras a lo largo de los siguientes 40 años que disminuyeron el gasto y ampliaron la efectividad de la bombilla brillante.
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