Breve historia del cristianismo
Lutero se sintió abandonado al igual que Cristo: no hay acto que garantice la paz y la salvación, solo a partir de la fe pueden esos estados ser alcanzados.
Los tiempos de Martín Lutero fueron los mejores y peores de todos los tiempos, su iniciativa revolucionaria confrontó el cobro de bienes por parte de la Iglesia Católica a cambio de la salvación, además, tradujo la Biblia al alemán –que constituyó la máxima autoridad de los Papas y los Concilios-, y logró exponer sus 95 máximas en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg, lo que permitió que se desplegara una profunda polémica que hizo temblar los cimientos de la religión católica.
A partir de este acontecimiento, no tardó en publicarse el libro que, fue la base de la Reforma y el inicio del protestantismo, titulado Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias.
Por otro lado, Huldrych Zwingli (1484- 1531), líder de la Reforma en Suiza, se opuso fuertemente a la eucaristía y a la idolatría de la Iglesia, suscitó el matrimonio clerical y criticó el ayuno en la Cuaresma, incluso, con el mismo ímpetu contrarió a Lutero -quien por su parte creía en la transmutación-, estableciendo los primeros signos indiscutibles del avance protestante del. s. XVI.
Calvino, en cambio, radicado en ese momento en Ginebra, genera una conmoción sin precedentes, cuando se presenta en la catedral de Lausana -repleta de personas de todas las clases, testigos de la intervención de Lutero- e interpreta con gran autonomía y erudición a los primeros padres de la Iglesia, imponiéndose ante la fuerte oposición católica, ostentando así, su pensamiento sobre el conocimiento de Dios, la vida de Jesús, el papel de la oración, la predestinación, la resurrección y la Iglesia invisible versus la Iglesia visible.
A finales del año 1536, Calvino publica los veintiún artículos de su célebre Confesión de Fe, de donde surgen a su vez, las cuatro reformas del juramento para la Iglesia de Ginebra. Posteriormente se le impide predicar y es expulsado de la capital suiza.
La Reforma recuperó el Evangelio, tradujo la Biblia para la gente común, desarrolló grandes doctrinas, justificó la salvación solo por la fe y, definió el sacerdocio de todos los creyentes y el señorío de Jesucristo sobre toda la vida. Jesús cambió el tiempo y la historia, lo sabemos, los evangelios nos relatan la historia de Dios: no es un modelo de conducta ni un conjunto de rituales, sino un ejemplo enardecido del poder de la fe ante la razón. Después de su persecución durante el Imperio Romano, Constantino legaliza la fe cristiana y, simultáneamente, San Antonio impone el monacato.
Durante este tiempo, se trató de determinar la naturaleza de Cristo: Hommousios -sustancia idéntica a Dios- y Heterousios -sustancia diferente a Dios-. Agustín fue uno de los principales defensores de la Iglesia de Cristo durante el siglo V, consideraba que el cristianismo era la fuente eterna de la juventud y, la ciudad de Dios, la mejor sociedad humana donde se pudiese vivir.
La Edad Media no pudo vencer al cristianismo, la teología de Tomás de Aquino determinó la doctrina católica en esa época: los monjes realizaban trabajo físico y también estudiaban la Biblia.
Los dominicos y franciscanos -San Francisco de Asís- eran semejantes a mendigos y, defensores de la pobreza por el fracaso de las cruzadas -movilidad frente a la estabilidad de los benedictinos o incluso de los papas-, renovaron la fe cristiana hasta el punto que, se considera a San Francisco de Asís como el segundo Cristo.
A través de los años, la fe cristiana ha atravesado múltiples metamorfosis importantes, pero, fueron sus apasionantes y frenéticos inicios, los que permitieron configurar la naturaleza y profundidad de su fe en el mundo moderno actual.
Referencias:
[1] V. Video, "History of Christianity," [en línea]. Disponible en: https://vimeo.com/ondemand/historyofchristianity.

Raúl Quintana Selleras





































Registro automático