El Hijo de la Modista - 25 de julio de 2023
Se veía venir.
El 2 de mayo de 1879, hace exactamente 144 años, se fundó el PSOE clandestinamente en la madrileña taberna Casa Labra de Madrid, en torno a 25 personas: 16 tipógrafos, cuatro médicos, un doctor en ciencias, dos joyeros, un marmolista y un zapatero, encabezados por Pablo Iglesias, con lo que es el partido político más antiguo de España con funcionamiento ininterrumpido hasta la actualidad.
Pablo Iglesias, uno de los responsables directos de la Guerra Civil, curiosamente tiene un busto en la sede del PSOE de la calle Ferraz, amén de otras estatuas conmemorativas que reciben anualmente el homenaje de sus seguidores ante el pasmo de la gente medianamente instruída (el homenaje anual a Lluis Companys, un genocida por lo visto admirado por catalanes de toda condición también nos lleva a pellizcarnos).
La maquinaria de poder que es hoy día el PSOE tuvo que ponerse a buscar con urgencia objetivos que defender, pues con una clase obrera transfigurada en media con apartamentitos en Torrevieja y una democracia asentada que permitía la alternancia en el mando, los viejos eslóganes ya no convencían a nadie, así que los gurús (o sea, los que viven de eso), comenzaron a fijarse en los gays, las lesbianas, los trans, las feministas, los separatistas, los perroflautas y todo aquel colectivo que permitiera denominar fascista a quién tuviera la osadía de oponérseles.
Cayetana Álvarez de Toledo, una de las personas más inteligentes que conozco, denominó la situación con las izquierdas como un tablero inclinado, en el cual, por supuesto en el lado superior, está situado el PSOE, dejando a los que se oponen a su visión de la vida el lado inferior y obligándoles a escalar, siempre cuesta arriba, para defender su visión de un mundo en el cual el mérito y el esfuerzo sean la aguja de la balanza que mida el modo de vida de cada cual.
No hay que extrañarse de nada de lo que nos pase, de nada insisto, pues el PSOE lleva 144 años haciendo un trabajo ininterrumpido sobre los ciudadanos de este ya cansado país, un trabajo que, ya bien se ve, da sus frutos en forma de votos cautivos, irreflexivos, rencorosos, engañados, comprados o simplemente bobos.
SALUD.
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