Normativas que utilizan empresas de embalaje, logísticas y de transporte para mejorar la calidad del proceso de distribución
Actualmente todas las empresas luchan encarecidamente para conseguir una mayor competitividad en el mercado. Por ello, muchas intentan encontrar la mejor fórmula para proporcionar a cada de uno de sus clientes el servicio más adecuado y de mayor calidad posible.
En una cadena de distribución, este aspecto es algo común entre los diversos agentes que están involucrados en el proceso. Un aspecto competitivo es entregar el producto en su destino en el menor tiempo posible y garantizando un transporte óptimo que no dañe la carga. Desde el fabricante del embalaje, hasta el transportista que realiza la entrega, pasando por otros servicios intermedios como el transitario, consignatario, armador o la empresa de trincaje de la mercancía; de todos ellos depende el grado de satisfacción del cliente final.
Para que esta estrategia end to end sea realmente efectiva, todos ellos deben realizar su parte del proceso de la manera más eficiente y eficaz posible.
Jordi Moré del Grupo Embalex, nos explica los tres puntos clave que deben ser controlados de forma constante:
- El mantenimiento del estado óptimo de las mercancías, con el trincaje y estiba necesarios para mantener su sujeción.
- Control y seguridad durante el transporte, protección contra hurtos y pérdidas de productos.
- El adecuado acondicionamiento del espacio necesario para ciertas mercancías (temperatura, humedad, luz u otros sistemas de protección).
Además de la normativa reguladora a nivel nacional, estas compañías implantan cada vez más normas internacionales para regular los sistemas de gestión de la calidad. La norma ISO 9001:2015, que regula los procesos e impulsa la idea de control de riesgos y detección de oportunidades de mejora de forma continua, es un ejemplo.
En 2014, un estudio realizado a más de 60 multinacionales de todo el mundo, demostró que empresas que tienen implementado un control de gestión de la calidad en su estructura corporativa, son capaces de reducir 350 millones de dólares en costes anuales. En España, se estima un ahorro anual de entorno a un 5%.
Esta reducción de gastos es el resultado de la disminución de errores (un 46% menos) y una menor detección de errores por parte de los clientes (hasta un 75% menos), según la consultoría norteamericana CEB.
Por otra banda, encontramos la normativa ISO 14001:2015, que certifica, una correcta aplicación de los procesos desde un punto de vista medioambiental. Esta regula que la actividad de la empresa se realice siempre con el menor impacto medioambiental posible, evitando altos niveles de contaminación, motivando el uso sostenible de recursos y la protección de ecosistemas y la biodiversidad. Solo en España son más de 17.000 empresas las que tienen implementado este certificado.
Por último, la normativa ISO-45001 (anteriormente OHSAS 18001), se encarga de la Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo, y tiene como objetivos principales detectar y controlar posibles riesgos en el entorno laboral, así como la adopción de las medidas para prevenir posibles accidentes.
Para Juan José Salvador, Director de Calidad del grupo Embalex considera que, a pesar de ser sistemas de gestión diferentes, trabajan de forma conjunta con un mismo objetivo: la mejora continua en términos de calidad en cuanto a la prestación de servicio, la prevención de riesgos laborales y la detección de aspectos mejorables en la actividad de la empresa.
Más información sobre Embalex: https://www.embalex.com
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