Ya no podía soportarlo más. Llevaba días y días tratando de escapar, de esconderse. Lo mismo subía al monte más alto hasta sentir que el viento helado le cortaba el rostro, como se metía en lo más profundo de una húmeda cueva donde se sentía como un niño en el útero materno. Había pasado tardes en casa, con las cortinas echadas, para no ver a nadie y que nadie la viera, y había frecuentado los pubs nocturnos de moda con sus mejores galas, donde todos la miraban por su resplandor.
Había callado sus penas y tormentos, y los había detallado a todo el que se había cruzado en su camino. Había ignorado las imágenes que acudían a su cabeza y las había estudiado minuciosamente.
Pero todo había sido inútil. El pasado, cual telaraña húmeda, sucia y constante, la acompañaba allá donde fuera y no la dejaba ni a sol ni a sombra. Su corazón se encogía de congoja cuando en los momentos más inesperados volvía a sonar en su cabeza una voz, aparecían ante la vista de su memoria unos ojos, rememoraba su piel el tacto de otra piel...
Aquella tarde, tuvo una nueva idea, algo que no había intentado aún. Cogió la primera herramienta que encontró y la miró fijamente. Un martillo viejo, con el mango de madera, pero lo suficientemente firme como para poder ayudarla. Agarrándolo con las dos manos, descargó un fuerte golpe sobre su propia cabeza. Lo último que vio fueron algunas gotas de sangre salpicando el suelo frente a ella.
Mientras tanto, el sol, para no ver aquella escena, aquel intento inútil de olvidar, se ocultaba tras las montañas echado en un suave manto de luz rosada.
En referencia a la guerra entre los poetas de la experiencia y los poetas de la diferencia, decía José Manuel Benítez Ariza en el País del 23 de octubre de 2002:
"Fue un enfrentamiento muy tonto y de escasa relevancia estética. Su momento álgido coincidió con el cambio de partido en el poder, y estoy...
CARTA A UN ENTRAÑABLE AMIGOAmigo:Es impresionante lo que siento al sentarme en la computadora y escribir algo. Es como si, se estuviera yendo parte de mí en estas letras, al pulsar cada tecla, las letras se van con las palabras y mis ideas a la computadora, las que luego viajaran a través del...
El Sant. Grial en la literatura medieval, es el cáliz sagrado que usó Jesucristo en la Última Cena y que más tarde fue buscado piadosamente por los caballeros del legendario rey Arturo. Según la tradición, el Grial lo guardó José de Arimatea, que recogió en él la sangre de Cristo crucificado. El cáliz...
A veces, cuando miro a mi alrededor, descubro con tristeza que me he quedado solo, lamentablemente solo en algunos de mis más sagrados usos y costumbres. Y debo llegar a la dolorosa pero inevitable conclusión de que estoy inscrito en el grupo reducido de miembros de varias sectas, casi en vías de...
Cuando veas una hermosa frase, que despechada flota en el espacio...¡Ahí estaré Yo!   ; & nbsp; &nb sp;   ; & nbsp; &nb sp;   ; Cuando veas un verbo furibundo,que dormita olvidado en el espacio...¡Ahí estaré Yo!, &nbs p; &n...
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