La moralidad en qigong(II)

“Hay que poner énfasis/hay que tener/hay que contemplar la moralidad” La sexta especificación se refiere a la base moral de las acciones y, dentro del marco qigong, a la condición más importante para obtener resultados notables y maravillosos. La primera importancia de la moralidad, entre varias otras condiciones, se muestra en el hecho de que hay Maestros de qigong que han practicado la moralidad sin qigong; pero no son Maestros de qigong los que han practicado qigong sin moralidad. Moralmente, significa: ser rectos/objetivos, hacer lo mejor para nuestra espiritualidad, nutrirnos con lo que es moral.

Comentario

7.La Moralidad es incondicional y espontánea La Moralidad es incondicional, no es dependiente de las circunstancias. Desde un punto de vista humano, puede ser considerada como una extensión de lo ético, pero ciertamente es un patrón principal de actitud y de comportamiento que abarca todos los reinos y se particulariza en éticas distintas. Su carácter universal, la hace presente en todas las éticas, implica su atributo principal—la espontaneidad—que se encuentra en la Naturaleza, en “el comportamiento” natural existente en todas las cosas, espontaneidad que determina, causalmente, el buen funcionamiento de las cosas. Aquí, por razón de que el espacio-tiempo (generalmente, las circunstancias) está menos implicado que en el reino humano, la espontaneidad está mas presente. Si caminamos por un bosque, observamos que los pinos viven en un espacio diferente al de los robles, es decir, hay tanto espacio que cada uno tiene su espacio; y si, por traslado artificial, aparece una nueva planta, esta es integrada en la extensión del bosque. Los carnívoros son menos que los herbívoros, una señal de que en la Naturaleza la agresión tiene pocos representantes. De hecho, la agresión de un lobo es una proyección de la ética humana sobre “el cruel” carnívoro.; la Naturaleza no es ni carnívora, ni cruel, sino que, simplemente, sigue sus procesos a través de sus representantes. Ya que nunca acusamos de crueldad a nuestro sistema defensivo, ¿por qué acusamos a los lobos?. La Naturaleza es como un gran cuerpo y todo lo que sucede es “de lo natural a lo natural”. La agresión, así como éticamente la conocemos, está presente cuando intervienen las circunstancias y está presente en la Naturaleza, de una manera defensiva. Un carnívoro “consciente” del espacio-tiempo se puede preguntar qué busca aquí un herbívoro, que tiene su espacio-tiempo, pero ciertamente esta pregunta no existe, porque los herbívoros, los carnívoros, la luna y el sol son los instrumentos/los representantes de los procesos naturales.

8. El grado de espontaneidad depende de la cercanía del centro.La espontaneidad es una señal de que estamos centrados. El exceso en lo ético Por otro lado, la espontaneidad está más presente en lo que es nuevo, recién nacido, recién hecho, porque está más cerca de lo potencial que de lo actual (lo potencial =lo que está en un estado latente y eventualmente va a suceder... por ej., una pila que tiene potencia eléctrica; lo actual = lo que se manifiesta/muestra en conformidad con unas condiciones...por ej., la luz de una linterna , la música en los altavoces). Si observamos un niño, vemos que es espontáneo, porque es todo/cualquier espacio-tiempo, y que un joven es así, y que una persona madura es solamente así; la moralidad espontánea se convierte, poco a poco, en una ética restringida; la Naturaleza se particulariza en la ética del lobo y del ser humano. En el reino humano, el niño, el sabio y el que ama son locos, irracionales, por ser espontáneos y por consiguiente, muestran desapego por la ética particular de los mayores, de los necios, de los que odian. Si piensas un poco en los atributos del centro, es imposible no descubrir que uno de estos atributos es la espontaneidad. Un centro no sólo envía órdenes, sino que, también recibe informaciones, es decir, es sensible a todo lo que viene de los niveles subordinados/las entidades subordinadas y actúa en conformidad con estas informaciones. ¡Mas informaciones, más espontaneidad! Aquí, puedes comprender que cuanto más centrado está el ser, más espontáneo es y, en la misma medida, más moral. De un modo subliminal, la ética nos impone el hábito de ser solamente así y el miedo de no ser así. (Nota, por ejemplo, en nuestra casa, en nuestro entorno, somos más espontáneos y por eso hay más oportunidades de estar cerca de nuestro propio centro.) El problema no es que exista una ética afuera, en relación con los demás, ya que, ciertamente, es necesaria una ética, sino que la ética haya entrado en nuestro propio entorno, en nuestra propia casa, y que en lugar de estar con nosotros mismos, actuemos conforme a la opinión pública y temerosos de nosotros mismos; esta puede ser una de las causas de que nos hayamos convertido en seres no éticos, inmorales.

9.Una condición de lo moral es la identificación con el otro.La moralidad en la familia y en un grupo espiritual Paréntesis. La moralidad está presente “entre” la madre y el hijo/la hija, y generalmente, entre el Creador y su creado. He utilizado las comillas porque la moralidad no implica una relación entre dos entidades distintas, sino una identificación—la madre es el hijo, el hijo es la madre. Jesús es moral porque es el Padre y el Dios es moral porque es el Hijo. (Véase: ”Ama al otro como a ti mismo”). Por eso, para mantener la moralidad, una madre debe considerar a su hijo como su extensión y esto no significa que el hijo deba hacer lo que quiera la madre—una cosa ética—sino que el hijo muestre sus capacidades maternales—una cosa moral. Lo mismo en la relación entre el Maestro y el Discípulo. El Maestro no impide que sus alumnos sean más inteligentes, más despiertos, porque los alumnos representan las posibilidades actualizadas del Maestro. Esta sutileza—pocas veces actualizada en los grupos espirituales—tiene raíces morales y ha de ser una base de la práctica. Un grupo funciona adecuadamente, cuando entre todos hay cooperación, es decir, cada uno se considera como la extensión, el representante de los demás. No denigrar la personalidad y la actividad de los demás—indiferentemente de que pertenezcan al grupo o no, indiferentemente de que pertenezcan a otras disciplinas espirituales—y, al contrario, hacer lo que es adecuado para el bienestar de los demás es moral y ofrece muchos regalos espirituales. Por eso, es siempre bueno mantener el criterio: “gana la espiritualidad” y alejar todo lo que sea semejante a la competitividad. Dos religiones, dos maestros, dos escuelas... existen para beneficio de la espiritualidad y no son dos concursantes enemigos. Así es moral pensar y actuar, cuando se trata de diez mil escuelas. (Generalmente, la moralidad tiene características femeninas, maternales. La ética se aprende—“en tal circunstancia debes hacer esto”, ”debes amar a tus padres porque son tus padres”, ”debes respetarlo, porque es tu jefe”—y se debe a la dualidad, a una separación de lo natural en una jerarquía de papeles. Aquí, aparece la escisión interna entre lo que está en el interior y lo que hay que mostrar al exterior. El hijo ama a su padre, pero no lo abraza porque debe mostrar que es un verdadero hombre. La mujer tiene su opinión, pero no la manifiesta porque teme la soledad. Generalmente, la ética tiene características masculinas, paternales. Pero de una manera particular, en conformidad con la mentalidad, la sensibilidad de cada pueblo, la ética y la moralidad pueden cambiar su género.)

10.La moralidad y la pureza se inter-condicionan.La mentira puede ser ética, pero es inmoral Por otro lado, existe una relación estrecha entre la moralidad y la pureza. Así como una persona que se ha lavado evita el contacto con lo que mancha, igualmente, una persona moral evita espontáneamente o voluntariamente lo que es impuro. Por ejemplo, mentir no solamente añade más fuerza a la Gran Mentira en la que nos encontramos, sino que nos hace más y más ineptos para ver nuestra verdadera naturaleza, la autenticidad de nuestro ser y de nuestro destino, la esencia de las cosas. En el plano intelectual, la mentira crea la confusión, impidiendo la manifestación de la intuición y de la capacidad telepática. Afectivamente, nos aparta de los seres que nos están destinados y nos introduce en el mundo de los fantasmas. En el plano corporal, los pulmones, los riñones y el bazo se desequilibran, enfermando los demás órganos, especialmente el corazón. Hablo aquí de los mentirosos patentes, de los mitómanos (mitómano = aquel que tiene la manía/la mente de creer y decir mitos; por que en la mentalidad moderna los mitos son consideradas mentiras; y manía= no concentración en, sino una obsesión enferma por ; la palabra mitómano tiene actualmente un significado peyorativo). Existe luego, la mentira ética, practicada por la mayoría, pero su validez humana/social no es universal. Mentir porque los demás mienten, no nos hace más puros, más inocentes, más libres del castigo; y en el caso de la mentira, el castigo es mentir más y, lo peor, estar a disposición de la Gran Mentira. Mentir para enfatizar nuestro ego o para protegerlo, mentir para no herir psíquicamente a una persona o para salvar la vida de otra, aunque nos coloca en distintos niveles éticos, son mentiras y por consiguiente son inmorales. Aquí hablo de los mentirosos “inocentes”.

11.Comparar la moralidad con las éticas Hay que observar el carácter general de la moralidad y el carácter particular de las éticas. Por ejemplo, dos niños que tengan, digamos, un año de edad “son niños”, se comportan de una manera espontánea, moral; pero cuando ya tienen tres años de edad, uno debe comportarse como un español, el otro como un sueco... uno como un niño rico, el otro como uno pobre..., etc. La relación entre la moralidad y las éticas no es una relación mutua, aunque aparentemente podamos pensar que sí. Es equiparable a la relación entre el sol y las nubes. El calor del sol evapora el agua y se forma la nube—la moralidad transforma nuestros impulsos en una ética particular. Desde un punto de vista terrenal, la nube cubre al sol—de una manera ilusoria, creemos que la ética humana es más potente que la moralidad. Desde un punto de vista universal, el sol ilumina las nubes y como es evidente que ninguna nube resistirá muy cerca del sol, de igual modo, ninguna ética tendrá valor cerca de la moralidad y sus representantes. Pues, podemos decir que la moralidad puede influir en la ética, pero es indiferente, pura, inalterada a cualquier actitud ética. Aquí, tocamos el dominio de la Amoralidad.

12.Un método para llegar a ser amorales,donde la mentira tiene su papel Un mitómano, que mezcla inconscientemente la verdad y la mentira, es una persona no-ética. Suponiendo que evoluciona espiritualmente, hay que distinguir aquí las siguientes etapas: a) cuando se hace consciente de la verdad y la mentira exterior e interior, vuelve a ser ética; b) cuando elige seguir la verdad o la mentira, y la sigue, incesantemente, sin debilidad alguna, indiferente a las circunstancias: se convierte en una persona moral (aquí—si elige seguir la mentira, la dificultad añadida es, que para llegar a ser moral, debe materializar su mentira en el mundo material, físico); c) cuando aplica, consecuentemente, su fuerza para materializar lo que es opuesto, se convierte en una persona amoral (si anteriormente ha elegido la mentira, ahora debe demostrarse a sí mismo y a los demás que puede perseguir la verdad con la misma pasión/voluntad que utilizó para perseguir la mentira). Por consiguiente, el recorrido es desde “lo no ético”—a “ser consciente”—a “lo ético”—a “no circunstancialmente” —a “la moralidad” —a “ser consecuente”—y finalmente “la amoralidad”.

13. ¡De verdad! los que son amorales son simultáneamente intocables Podemos juzgar, condenar y castigar a una persona poco ética o inmoral; pero, aunque parezca lo contrario, es inútil intentar lo mismo con una persona amoral, por razón de que, siendo una, idéntica con la Ley (universal), no es susceptible de ser juzgada y por tanto la condenación y el castigo son inefectivos. Así como escupiéndole al Sol, el Sol permanece no-manchado, igualmente, es absurdo, es inútil, juzgar, condenar y castigar lo que es supremo (por ej. Dios, el Dao, Buddha...) Suponiendo que somos cristianos, no debemos tomar en serio ningún argumento en pro o en contra de Dios, porque, generalmente, la gente es inconstante, dependiendo de sus intereses, en la afirmación y la negación de la existencia de Dios y de sus atributos. Así como en la vida diaria no permitimos ser juzgados por una persona mental y emocionalmente inestable, igualmente no hay que admitir la opinión en cuanto a Dios... En último término, Dios es constantemente Dios y si cualquier persona pudiese vulgarizarlo, entonces no se trataría de Dios. (De cualquier modo, indiferente si utilizamos palabras positivas o negativas, nosotros vulgarizamos al Dios.) Comparándolo, el Sol que ilumina la zona ecuatorial y el círculo polar es el mismo y es absurdo decir que el sol es más fuerte en un lugar que en otro, o que hay dos soles. Ciertamente, a lo largo de la vida personal, podemos sufrir el castigo divino o estar llenos de la felicidad divina, pero para conseguir la amoralidad hay que observar su presencia de forma inviolable. (El autor es instructor qigong/chi kung.Despues de varios años de aprendizaje e enseñanzaza sumado sus experiencias en el libro “Qigong *Técnicas tradicionales”.Actualmente, retirado, prepara-- tanto para los instructores, como para los alumnos—un libro dedicado a la estructura de la meditación.

por Dan Marius6

E-mail : riyueqi@yahoo.com )