Preámbulo de la novela ‘Marionetas de carne (1ª parte)’
La vida es dura y cruel para quienes trabajan, aunque quizá lo sea mucho más para todos aquellos que hayan decidido encaminarse por los derroteros de la delincuencia, la prostitución y los malos hábitos. Todos empiezan encaminándose por el derrotero de los malos hábitos, que arrastra igual que la fuerte corriente de las aguas, como barco a la deriva, hacia otros derroteros. Todos tenemos nuestro propio barco y timón; luego, cada uno es muy libre de elegir la ruta conveniente a su propia tempestad; porque la vida, se mire como se mire, es una tempestad, de la que unos saben defenderse mejor y otros, peor; pero que a todos acaba por hundirnos igualmente hasta lo más profundo del abismo del océano: lo único que nos diferencia, de unos a otros, es la dignidad y el tiempo con que nos mantenemos a flote; que no es ni mucho ni poco, sino lo que quiera depararnos el viento que nos empuja de popa: el destino. El destino no es algo que se forje de golpe, el destino es algo que se va forjando con el tiempo, poco a poco, igual que la vida vegetal que crece, pero que no se ve crecer y que empieza por florecer en primavera y acaba por marchitarse en otoño. Todo aquello que sembremos hoy será lo que recolectemos mañana: dependiendo del cuido que hayamos tenido con el sembrado de nuestros campos, así serán los resultados que obtendremos del buen o mal estado de los productos de la cosecha. La cosecha es el resultado de todo lo que hayamos llegado a sacrificar durante toda una vida de trabajo. Pero al igual que la hormiga, no todos solemos construir un futuro provechoso, sino que también los hay cigarras, que les gusta el despilfarro y vivir el momento sin pensar en el después. La historia que voy a contar ahora, más bien trata de un joven que tira más para cigarra que para hormiga. Espero que a muchos de mis lectores les pueda servir de ejemplo.
Si bien una novela histórica se caracteriza por lo sucedido en la realidad, yo, me atrevería a decir, mi querido lector, que esta historia es mucho más pura y real que una de esas novelas históricas; ya que muchos de los acontecimientos acaecidos en la Historia, con el transcurso de los años o de los siglos, al fusionarse tanto con la apasionada exageración del fervor de las gentes como con los diferentes puntos de vista de los innumerables historiadores que se dedican a transfigurar y manipular los hechos según les convenga política o socialmente a su antojo, acaban por convertirse, más que en un hecho histórico, en una legendaria historia popular, que ya poco termina asemejándose con lo que pudo haber sucedido en su tiempo, en una lejana realidad -o no tan lejana-, distorsionada en su memoria. Esto no sucede en mi libro, ya que lo que aquí acontezca ha sido extraído o succionado de una pura y sustancial realidad, sin transfiguraciones ni manipulaciones políticas y sociales, ni de apasionadas exageraciones efervescentes populares encauzadas en múltiples versiones.
La vida que les voy a contar es de un amigo mío íntimo, que creí conocer tan bien como a mí mismo, y que me dijo, "para lo único que ha servido mi vida es para aprender de los muchos errores que cometí: sólo falta que alguien escriba mi historia, para que así no se vuelva a repetir". Todos los personajes y lugares que aquí se citan son reales, pero todo sea por satisfacer la última voluntad de un amigo: descanse en paz.
Autor: Augusto González González
Web: http://www.elmetrogay.com
E-Mail: metrogay@elmetrogay.com
pues si ya me imagino lo duro que debe de ser trabajar
todo mundo tiene problemas y llegas a creer que tal problema no se puede resolver
pero ese problema no es para siempre
dios te manda problemas y retos para que tu aprendas de la vida y que dicho problema no se vuelva a repetir
dios tiene un gran camino para todos pero la decicion la tomamos nosotros, asi que hay que echarle ganas
me gusto mucho su novela Augusto, uno llega a reflexionar muy bien acerca de la vida
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