¿Te han diagnosticado hipertensión arterial?

En primer lugar debes saber que esta condición afecta en todo el mundo a casi 1 de cada 3 personas. Un diagnóstico de presión arterial alta, también llamada hipertensión, no significa que vayas a sufrir un accidente cardiovascular, ni que debas realizar cambios radicales en tu vida. Si no se trata de un caso de hipertensión avanzada simplemente deberás comenzar a implementar pequeños cambios en tu vida cotidiana, para hacerla más saludable.

Si tu caso no se asocia a ninguno de los factores de riesgo conocidos para la presión arterial, seguramente te hayan diagnosticado “hipertensión esencial”. Si bien no se ha logrado explicar completamente su origen, sí se lo ha asociado con algunos factores demográficos como el sexo, la raza y la edad, así como factores genéticos.

A diferencia de la “hipertensión secundaria”, la hipertensión esencial no se asocia directamente a una causa detectada en el paciente, pero eso no quiere decir que no guarde relación con el estilo de vida llevado por el paciente. En otras palabras: puede que la causa de tu hipertensión no sea el fumar, pero no es una buena idea que comiences a fumar mañana.

¿Por dónde comenzar a resolver mi problema de hipertensión?

Un cambio básico que todo hipertenso debe implementar, reduce el consumo de sal en tu dieta. Este pequeño  paso puede ser tan relevante para tu enfermedad que probablemente evite la necesidad de que recibas medicación!

Aumenta tu consumo de frutas y vegetales. Se estima que un adulto debería consumir aproximadamente 5 porciones de estos alimentos diariamente.

Haz más ejercicio. Lo ideal en este sentido es realizar mínimamente 3 horas de actividad física por semana. No es un cambio tan dramático, pero si no estás acostumbrado a ejercitarte, requerirá de toda tu voluntad. Difícilmente falte la motivación cuando de la salud se trata. Reducir tu peso te ayudará no solo a corregir tu problema de presión arterial, sino que también te ayudará a prevenir otras enfermedades como la diabetes o el colesterol.

Trata de corregir las situaciones que le imprimen a tu vida un estrés permanente. Cuando el estrés se convierte en un accesorio permanente en la rutina de una persona, se acelera el ritmo normal de sus pulsaciones cardíacas, y su sistema nervioso es estimulado a producir grandes cantidades de vasoconstrictores, los cuales reducen el tamaño de las arterias, provocando hipertensión arterial.

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