¿El mundo se acaba? I
La tecnología y el progreso informático están transformando la era industrial de una forma revolucionaria, vivimos en una era muy interesante, en donde somos testigos de avances sorprendentes.
Estos grandes avances originados de la combinación de la electrónica con la informática, técnicamente conocida como “Hardware-Software”, evoluciona realimentándose en una espiral creciente, nuevos diseños que permiten a su vez generar nuevas aplicaciones, que hacen más sencillo traer aplicaciones aún con diseños más sofisticados. Esta evolución tan acelerada se ha convertido en una revolución de facto.
La concentración de tan alta densidad de componentes electrónicos: procesadores y de memoria, en un área tan diminuta, con información inteligente imbuida en los mismos conocida como “Firmware”, da nacimiento a dispositivos que esparcen el conocimiento universal en una forma arrolladora.
Evidentemente seguimos en la era industrial, pues la conversión de materia prima en productos terminados se incrementa a una rata vertiginosa, en donde continuamente se incorporan a la sociedad de consumo más y más personas en países que se desarrollan a pasos agigantados.
Más que decir que estamos en una época Post-industrial, debemos reconocer que se trata más bien de una era Industrial-inteligente, acelerada e indetenible.
Esto es bueno, muy bueno, vemos que muchos países anteriormente muy pobres del oriente una vez desarrollados, disminuyen los graves padecimientos que antes sufrían como: la explosión demográfica, la mal nutrición, el nivel educativo, la asistencia médica, etc. La natalidad por ejemplo va con la tendencia de situarse a niveles comparables a los países occidentales, con los servicios, la educación y el consumismo pasa algo parecido. Estos países aunque orgullosamente preservan sus orígenes culturales tienden a homogeneizarse con las nuevas costumbres globales.
Salvo algunas excepciones de los países con regímenes dictatoriales, el resto del mundo progresa de una forma que nunca antes había ocurrido.
Todo esto ha sucedido gracias a un descubrimiento que fue el gran catalizador de todos estos acontecimientos, “El primer Transistor de silicona en 1954”, solamente un año más joven que yo. Para tener una idea de cómo nos han influido los transistores, solamente en el año 2002 se produjeron aproximadamente 60 millones de transistores por cada habitante del planeta, hay que tener “una gran calculadora” para siquiera ver un pedacito de esa cifra. Si esta cifra parece increíble, vemos que de acuerdo a la ley Gordon Moore, cofundador de Intel, que nos dice que cada 24 meses la densidad de los circuitos integrados se duplica, hoy en el 2010 8 años después, esta cifra previa ya se ha duplicado 4 veces, por extrapolación de esta progresión geométrica veremos que para el 2016, habrá una cantidad de transistores por cada persona igual a la población mundial total. Como el mercado se desarrolla y crece tanto, al haber una producción mayor junto a esta mayor densidad este resultado se lograra mucho antes.
Estos avances tecnológicos que generan estos nuevos productos solamente podrán ser mercadeados en el futuro o incluso como vemos desde ya, a través de las redes de mercadeo, ya que solamente personas altamente motivadas por los ingresos que se obtienen de estos medios, serán las únicas capaces de poder seguir este ritmo frenético de aprendizaje. Las cadenas de distribución actuales y la publicidad no pueden evidentemente dar la talla ante tal inmensa tarea. Haga la prueba y vaya a cualquier megatienda y pregunte algo muy específico de algún producto de alta tecnología cualquiera a ver que le dicen.
Jose Rodriguez Acosta
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