La importancia de un nuevo día
Todo amanecer trae tras de si, un nuevo día de vida. Y con el, la misma rutina de siempre : Levantarse, la ducha, vestirse, salir, el café de la mañana, etc. Luego, ir al trabajo, resolver los problemas, lidiar con la gente, el trajín de las horas, volver a casa, reencontrarse con los seres queridos, dormir, vivir o morir. Quien sabe.
Yo particularmente estoy cansado de “ver” siempre estas mismas cosas y no comprendo la fuerza y el entusiasmo del ser humano. Debe ser por lo que hago. Pues esto hace que mi alma acumule un sufrido cansancio, ese que aveces vulnera y no me deja cumplir con mis sagrados deberes. Llevandome de hecho, hasta los limites de una aberrante incomprensión.
Por eso un día decidí hacerme el rebelde y declararme en absoluta desobediencia, pues deseaba ver el mundo de otra manera. Desde la noche anterior había empezado a tramar mi conspiración en contra de las leyes universales, dejando apagado al puntual y agudo reloj de mengua. Ademas, me dedique a realizar la lectura de otro libro que siempre quise leer y no del libro de la vida. Por lo que esa noche, pude dormir sin ninguna información que me hiciese desvelar, tal y como estaba acostumbrado, de manera que no quedase duda alguna ante mi determinación en querer llevar a cabo mi particular desobediencia laboral. Pero entonces, sucedió al amanecer, que vi como mi cuerpo volaba a través de una ventana, y no se si fue un sueño, pero note algo que todavía aun yo no había visto. Pues al ir volando, vi claramente las copas de los arboles, los pájaros en vuelo, la vereda que se hace entre las viviendas de un barrio, por donde iba un grupo de niños en camino a la escuela, algunos tomados de la mano por sus madres y en apresurado paso, pues al parecer estaban tarde. Luego, remonte los techos de aquellas casas para ir a dar hasta un grupo de edificios donde sin querer, a través de sus ventanas, vi a un padre de familia que tomaba el desayuno mientras ojeaba el periódico del día, vi a una madre levantando un bebe de su cuna para darle de tomar su biberón y vi también a una mujer planchando su blusa sobre lo que parecía la mesa del comedor mientras prestaba atención a las noticias del televisor. Luego, en un impulso mas elevado, mire como algunos autos se movían desde sus puestos de estacionamiento y buscaban incorporarse a la vía de acceso que los llevaría hasta la calle principal. También, vi como una señora en edad avanzada, buscaba solucionar por si sola el problema de un neumático en su auto. Y de nuevo, vi niños y mas niños en su camino a la escuela. Mas lejos de allí, pude divisar a una fila de autos detenidos en la vía mientras un grupo de estudiantes, de un nivel mas avanzado, se incorporaban a un bus escolar. Y mas alla, un gran trafico de autos. Algunos yendo de un lado a otro. Otros tantos, inmóviles, por lo cual, alcanzo a divisar a alguien golpeando repetidamente el volante de su auto, como siguiendo un ritmo musical y visiblemente contento. En otro auto, alguien haciendo uso del un celular. Una mujer pintando sus labios con un lápiz labial. Y los demás, con la mirada puesta en la luces de cambio del semáforo, esperando su turno para arrancar. Luego arriba, y muy cerca de mi, veo un avión planeando y con el tren de aterrizaje afuera, en dirección al aeropuerto de la zona. Mas alla, en un lugar comercial, veo a un grupo de hombres reunidos frente a un kiosco de cafetería, haciendo turno para ordenar el acostumbrado café matutino. Algunos callados, y otros haciendo el habitual comentario del partido de la noche anterior. Ademas, escucho la voz de una radio, siento el olor del café y una suave briza silbando. Y el sol , haciendose dueño de aquel escenario. Grupos de gentes incorporandose a sus puestos de trabajo. Carros en emergencia, pitos, ruido y las horas pasando. Todos entregados a su función y haciendo su papel en el mundo humano. Como también lo harían en el mundo ancestral, donde las peticiones se estaban procesando. Labores de embergadura, donde todos debían echarle mano.
Menos yo. Que viendo el paso de los seres humanos, no logro comprender tanto afán y tanto entusiasmo. Si mas bien lo que yo siempre he visto, son días menos en las vidas de esas gentes. No lo se, creo que nunca lo podre entender.
Hasta que entonces Dios vino a mi para hacerme su reclamo, por eso de haberme declarado en desobediencia al detener mi labor sobre los seres humanos. Y aproveche preguntarle por aquello que me tenia intrigado, y que al fin pude entender cuando el mismo Dios me dijo :
& nbsp; &nb sp;   ; “La importancia que tiene el ser humano de hacerse un nuevo día, es saber que siguen vivos. Es una manera de dar gracias y para mi, eso cuenta... ”
Entonces, comprendí lo transcendente de mi trabajo y desistí de aquella mi interrupción laboral, y luego del perdón de Dios, me reincorpore de nuevo a mi acostumbrada labor. Esa de buscar entre esos seres humanos, aquellos que no verán un nuevo día....
Me despido, hasta el día de nuestro encuentro
Sinceramente,
El Ángel de la Muerte
Pedro Olmeta
PEDRO, CONTACTAME A MI EMAIL, LLEVO AÑOS BUSCANDOTE EN MIAMI, VENEZUELA Y NADA! COMO ESTÁN TUS HIJOS Y YURLÍN? BENDITO INTERNET!!!. JUAN CARLOS VENTURA immarkint@yahoo.com
Registro automático