Si no hacemos nuestra propia reestructuración
Frecuentemente se escucha en los medios sobre la reestructuración de una organización, sobre la fusión de otras 2, la adquisición de una más, etc. A diario escuchamos que en el mundo empresarial se llevan a cabo múltiples cambios con el fin de adaptar las empresas a la evolución de las nuevas tecnologías o nuevos mercados.
De hecho, en ocasiones, son muchas las personas que han quedado desempleadas por la imposibilidad de adaptarse a esos constantes cambios debido a que no logran acoplarse al nuevo jefe, a los nuevos compañeros, a las nuevas responsabilidades, a las nuevas tecnologías. Muchas empresas también han llegado a la quiebra por no aceptar que deben cambiar y reorganizarse.
En nuestra vida cotidiana nos encontramos también con una serie de cambios que pueden afectar nuestra estabilidad personal, laboral o familiar.
Podemos citar mucho ejemplos como el nacimiento de un hijo, el cambio de sede a otra ciudad en un empleo, la muerte de un ser querido, quedarnos desempleados de un momento a otro, etc. Para nadie es un secreto que si no logramos adaptarnos a las nuevas opciones, nuestras vidas podrían verse seriamente afectadas.
He escuchado de quienes comentan su situación actual, que no logran superar sus limitaciones financieras, que su vida familiar cayó en un marco de monotonía, que sus hijos ya no conversan con ellos, que hace mucho no encuentran una pareja estable, que no tienen empleo, que quieren dejar de fumar o de beber, en fin, una cantidad de situaciones que nos encontramos a diario y que van envolviendo nuestra mente y no nos dejan progresar.
Bien, aquí es donde quería llegar. Para una empresa, enfrentar un cambio requiere de un análisis a fondo de la situación. Donde estamos, que tenemos, que estamos haciendo, hacia donde queremos ir?, Qué queremos dejar o cambiar? Qué nos conviene? Donde y cómo nos vemos en los próximos 5 años?. A partir de ahí empiezan a proponer y diseñar cambios en las estrategias, a ejecutarlas y a evaluar resultados.
En que se diferencia esta reestructuración en una empresa a una personal? En nada. Tenemos que hacer lo mismo. Analizar, cambiar de estrategias y evaluar resultados.
Voy a colocar un ejemplo personal para aclarar un poco más el tema. Hace mucho tiempo me encontraba sumido en un estado de impotencia debido a la necesidad que tenía de dejar de fumar pero sentía que no era capaz de hacerlo. Tanto así que ni siquiera lo intentaba. Mi hijo, de ocho años, me decía con frecuencia que lo dejara y esa fue la alerta de cambio que me llevó a mirar opciones. Si no le demuestro a mi hijo que soy capaz de realizar cambios en mi vida y adaptarme a ellos, que clase de ejemplo o enseñanza le estaría dando? Si en su adultez se le presentara alguna situación similar, podría simplemente no plantearse ni realizar ningún cambio ya que su padre tampoco lo hacía y yo sería un mal ejemplo para él.
Analicé varios aspectos sobre fumar, tanto los positivos como los negativos. Se sorprenderían la rapidez con que se inclina la balanza hacia lo negativo. Evalué las herramientas que tenía para dejar de fumar, profundicé en una de ellas y tomé la decisión por esa. En 10 días dejé de fumar y eso fue ya hace más de 6 meses. Los resultados son altamente gratificantes desde el punto de vista físico, emocional y financiero.
Cada situación tiene un tinte diferente, cada una es muy personal. Sin embargo, existen tres parámetros comunes en cada una a la hora de implementar nuestra reestructuración: Analizar, plantear nuevas estrategias y evaluar resultados.
Empieza hoy por estudiar tu vida. Donde estoy? Que afecta mi vida hoy día? En donde quiero estar en 5 años? Que debo hacer? Como lo haré? Que herramientas poseo para hacerlo?
Si no haces tu propia reestructuración, nada va a cambiar en tu vida.
Que tengan un maravilloso día.
Felipe Arteaga
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