Los niños que cambiarán el mundo
Y nació el primer pequeño. Los ojos tan abiertos que lo acaparaban todo, y tan llenos de todo que se desbordaban. Menos mal, que la madre iba con la lección aprendida, gracias un poco a su instinto maternal y otro tanto a un inesperado libro que afianzó más los ideales sobre una crianza basada en el amor y en el respeto.
Decidió tapar sus oidos ante los juicios tontos de una sociedad descerebrada, y quitarse la venda para destapar otras, que se guían por la rueda oxidada que da vueltas sin sentido en esta vida. Y así, esa madre, y ese padre (que ha pasado por encima de todo), cogen la mano de su niño nada más nacer, y en vez de querer educarle, deciden quererle, y en vez de querer inculcarle, se limitan a dar ejemplo. Y cuando llora lo cogen en brazos y lo consuelan, porque su llanto es la única forma que tiene para gritar que los necesita. Y si no calla, no lo dejan nunca que llore unos minutos como algúnos aconsejan, al revés, le hablan, le cantan y acunan, y al final se duerme feliz con sus padres dentro de ese gran nido la cama.
Y lo sacan a pasear cogiendole en brazos, le muestran las cosas que hay alrededor, para que vea desde pequeño que hay algo más que la capota del cochecito. Le hablan, le cantan, se ríe y gorjea y crece feliz y nunca, nunca, nunca lo llevan a la guardería. Ya tendrá tiempo de ajustarse a horarios, de pelear por juguetes, de contagiarse catarros innecesarios, de pasarlo mal, por Dios!! son sólo niños, bebes, que desean crecer al lado de sus padres, cuantas más horas mejor, cuantos más ratos de felicidad mejor todavía. Mayores seran los cimientos que impulsen a estos pequeños a la aventura de la vida. Mayor seguridad que la que les pueden llegar a dar sus padres, no la van a encontrar en una guardería! No nos engañemos, no necesitan estar con otros niños, no necesitan aprender a compartir, ya saben!!!!!!!!, Al revés, se vuelven extraños, ausentes, desconfiados, desarrollan momentos de infelicidad a los que llamamos rabietas.
Estemos con ellos cuanto más tiempo mejor, nos necesitan. Ellos solos, irán alejándose conforme pasan los años tal y como manda la naturaleza. No queramos hacerlos adultos antes de tiempo, dejémosles "ser", y alcanzarán la confianza necesaria para abrirse camino. Los primeros años son los más importantes. No hay que dejarlos en una guardería sólo porque todo el mundo lo hace, o porque hay que trabajar para tener más caprichos y entonces hay que dejarlos en algún lado. Se puede vivir con menos dinero y con más amor, lo aseguro. Son nuestro futuro, son nuestros seres más queridos.
Por cierto, nació de esa madre el segundo pequeño, y ocurrieron las cosas de la misma manera; igual que con el primero.
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