Una Noche en el Río
Camino del Rio Achiguate, Aquel que año con año se desborda rompiendo los muros construidos por los pobladores de aldea Campamento La Barrita, llevándose cerdos, vacas, gallinas, coquechas, patos etc. Así como camas, estufas, catres roperos y todos los menajes de las casas de la aldea.
corría el año de nuestro Señor de 1982, Yo era un muchacho muy activo y vago, que en vez de ir a trabajar a la construcción del nuevo y famoso Puerto Quetzal, me dedicaba a vagar por los sembrados de milpa, papaya, platano y yuca, que eran las siembras preferidas de la región.
Faltaba un kilómetro para llegar al Río, donde cruzaba el puente de hamaca y me iba a echar unos tragos con Matamico, aquel amigo y confidente de mis penas que bien sabía guardar mis penas por la tal Mirna, la que me dejó plantado.
Casi caía el Sol, cuando la ví, Jesus lo que diviso! una bella, si muy bella muchacha de ojos negros penetrantes, pelo ondulado y andar descalzo, que se paseaba por el sendero que abrevia el camino al río, Hola me dijo, me llamo Rosamaría, vine con mis padres al corte de plátano, podrías enseñarme estos lugares?
Poco a poco agarré confianza y comenzamos a platicar del río del Sol, de la pradera y de los frutos y no se que más, había oscurecido cuando nos enredamos en un abrazo frenético, Amor a primera vista me dije, sus labios carnosos invitaban al amor, nos enredamos entre los zarzales, cogí mi costal donde llevaba la Atarraya, lo vacié y se convirtió en blanda cama, que fué muda testigo de aquella noche en que fue mía Rosamaría.
No se ni como pasó el tiempo me quedé dormido cansado de tanto juego del amor, El canto de una aurora, aquella que siempre anuncia tragedia me despertó, eran las cinco de la mañana y el Sol ya empezaba a repuntar sobre el río, Aún tenía olor a crayón de labios en mi boca, me gustó aquella noche me sentí por primera vez a gusto entre los zarzales, se me olvidó la Mirna, busqué con ansia a mi lado, pero ya no estaba Rosamaría, ¿Donde estas amor? Grite. Donde te escondes? ven a mis brazos iniciemos el juego del amor, busqué por todos lados pero no la encontré.
Ya como a las 7 dse la mañana después de tanto buscarla regresé a mi improvisado nido de amor, y debajo del costal había un papelito doblado escrito con lápiz labial, habían unas palabras que no he de olvidar jamás. BIENVENIDO AL MARAVILLOSO MUNDO DEL SIDA.
Ha vida la mía ya jámas volveré a caminar por el sendero del río achiguate.
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