Monólogo de un correo
Tiemblan mucho sus manos Romeo, mi consejo es que se deje de monsergas, usted es una persona inteligente y despierta de mente (una mente algo retorcida), dígame una cosa: nunca se ha parado a pensar con gordura, perdón cordura, no he querido ofenderle (me merecen un gran respeto las personas obesas… voy camino de serlo) en su caso también enfermas, esos estremecimientos que tiene por su cuerpo serrano no son normales en esta época del año, debería cuidarse un poco más.
Voy a abusar de su confianza (no obstante usted hace lo mismo conmigo desde hace meses), ¿usted no le cuenta estos síntomas a su mujer? Pero hombre su mujer no es un objeto más que tiene en casa, debería hablar más con ella y dejar de contar sus trapos sucios por este mundo tan sorprendente que es Internet, es un consejo de sabios.
Le voy a hacer una pregunta sin importancia como las que usted hace abusando de mi confianza:
¿Usted duerme? Y ahora ¿qué me tiene reservado?
Veamos, tal vez ¿me va a invitar a un café? Aunque creo recordar que en el único encuentro físico que tuve con usted me comentó que tomaba descafeinado, supongo que no habrá cambiado de costumbre.
Con cuerpo o sin él, no debería tentar a su salud y confiar más en usted mismo y en su familia.
De momento poco tengo que añadir, salvo que decida invitarme a ese café, por cierto yo lo tomo con LECHE.
Le contaré algo que usted sabe muy bien, aunque me considero una persona tranquila no debe tentar su suerte, también se acaba.
Debe tener las neuronas cansadas de tanto pensar, permítame que le haga otra pregunta sin importancia: ¿Usted, es o no es un impresentable?
Aunque debo decirle que pienso que es un estudioso de la debilidad humana, ve yo también cavilo… creo que las personas cambian, seguro que usted también lo ha hecho, es más no dudo que en un momento de su dilatada e intensa vida surgiera la necesidad de hablar o de callar con otras personas ajenas a su entorno. Incluso aceptar ciertas normas bien impuestas por usted para salvaguardar su intimidad.
Pero las normas se cumplen si uno es honesto, primero con uno mismo y segundo con los que le rodean.
¿Usted qué es?
JG Rosa
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