Eccema

Ni tu autoestima, ni tu vida social o emocional tienen porque sufrir las consecuencias causadas por tu eccema, te recomendamos cuidar de tu  piel en casa,  esto puede reducir el exceso de medicamentos.

Nuestro organismo está protegido y cubierto completamente por nuestra maravillosa piel, es por eso que debemos tratarla y cuidarla para que las afecciones dérmicas del eccema que ataca varias partes de nuestro cuerpo como son los codos, detrás de las rodillas, manos, tobillos, la cara, el cuello y parte superior del pecho, enrojeciéndose, irritándose y picándonos hasta el punto de ampollarse y reventarse.

Si tú tienes eccema o crees que podrías tenerlo lo primero que debes saber es que tipo de eccema es el que estás presentando, para así mismo buscar la solución adecuada, hay muchos tipos de eccema, pero el eccema atópico es uno de los más frecuentes y graves, también debes saber que el eccema no es contagioso.

Ten presente que en muchas ocasiones las personas que padecen de eccemas también pueden padecer asma y ciertas alergias, como la rinitis alérgica, las alergias alimentarias y esto puede desencadenar o empeorar el eccema. Las alergias a la caspa animal, a los tejidos ásperos y al polvo también pueden reactivar tu eccema.

En un principio comenzaras a sentir que tu piel se calienta y te empieza a picar y si te rascas mucho tu piel se pondrá  muy roja, se te inflamara o se te llenara de ampollas, también correrás el riesgo de que tú eccema se te reviente y la piel se te ponga  rugosa, asimismo se te puede resecar y descamar,  los síntomas pueden variar bastante de una persona a otra.

Los siguientes factores pueden empeorar los síntomas de tu eccema:

Humecta tu piel utilizando ungüentos o  vaselinas, cremas o lociones 2 o  3 veces al día. Los humectantes deben ser libres de alcohol, olores, tintes, fragancias u otros químicos.

Evita los materiales que contengan lana y lanolina, estos materiales irritan tu eccema.

Evita en lo posible el contacto con el agua y usa menos jabón de lo normal. Los baños cortos y más frescos son mejores que los baños prolongados y calientes,  no frotes ni seques la piel aplicando demasiada fuerza,  ni por mucho tiempo.

Después de bañarte, es importante que apliques cremas lubricantes, lociones o ungüentos en la piel mientras esté mojada,  esto ayudará a atrapar la humedad en la piel.