El juego en bebés a partir de un año

El juego es la herramienta de la que disponen los niñ@s para adquirir su conocimiento sobre el mundo. En el caso de los niñ@s de un año hasta los 2 años y medio, es normal que nos encontremos con que tenemos un/a pequeñ@ científic@ en casa que querrá explorar y experimentar con los objetos para poco a poco ir descubriendo sus propiedades. Le encantará manosear cosas, llevárselas a la boca, tirarlas al suelo, etc. Con este tipo de “experimentos” logrará entender conceptos tan complicados como la gravedad, las diferentes propiedades de sólidos y líquidos o nociones básicas de geometría. Muchas veces un apartamento en la ciudad no es el lugar idóneo para aprender cómo funciona el mundo, pero siempre podemos ayudarles a avanzar en su aprendizaje proporcionándoles los materiales y juguetes adecuados a su momento del desarrollo.

A esta edad, no necesitamos invertir en costosos y sofisticados juguetes comprados. A un/a explorador/a aventurer@, le encantará que le dejemos experimentar con materiales en bruto. Aquí os proponemos algunas ideas:

Agua: Ya sea durante el momento del baño diario, en un piscinita o con un cubo en el jardín, el agua en sus diferentes variantes (saliendo del grifo, espumosa, caliente, fría…) y diferentes recipientes con y sin agujeros para llenar y vaciar, harán las delicias de cualquier pequeñ@ científic@. Los juegos de trasvase de líquidos que tanto les gustan a esta edad nos indican que es el momento idóneo para empezar con el control de esfínteres.

Materiales blanditos para modelar: ya sea arcilla o plastilina, les encantará aplastarlos y darles forma con sus pequeñas manitas. Dejar que se ensucien mientras pasan un buen rato es parte de la diversión y del aprendizaje.

Arena: Mojada o seca, en el jardín o en casa, incluso se puede sustituir por arroz si no podemos salir al exterior. Sus propiedades cambiantes harán del cajón de arena su paraíso particular.

Además a l@s niñ@s de esta edad les encantarán también los juegos que tengan que ver con:

Llenar y vaciar: Les encantará meter y sacar todo tipo de objetos de diferentes recipientes, ya sean cajas o bolsas. Esto les ayuda a desarrollar la motricidad fina y aprender acerca de las propiedades de los objetos.

Separar y clasificar: Así logrará establecer los rudimentos de las categorías más simples. ¿Una manzana debería ir con una pelota porque las dos son redondas? o ¿con una tostada porque ambas se comen?

Construir: Un buen surtido de piezas de diferentes formas, tamaños y colores servirán para que construya interminables torres o deje volar la imaginación pretendiendo que son otra cosa.

Los juegos físicos en los que pueda escalar, columpiarse, corretear y arrojar cosas también son muy habituales en este momento, les servirán para descargar energía y conocer mejor las limitaciones y posibilidades de sus propios cuerpos.

También son habituales en este periodo los juegos imaginativos con disfraces o muñecas en los que intentarán emular situaciones de la vida cotidiana. Disponer de un rincón del hogar con réplicas adaptadas a su tamaño de las distintas herramientas domésticas suele ser lo más divertido de la guardería. Para disfrazarse no es necesario disponer de disfraces completos, casi es mejor hacer un baúl con ropas viejas (sombreros, camisones, pañuelos, etc.) y dejar que utilicen la imaginación para crear personajes e historias. Es importante no hacer distinciones de sexo a la hora de permitirles jugar con muñecas, estas les ayudarán a dejar salir y aliviar sentimientos incómodos, además de ayudarles a reproducir y entender mejor situaciones e interacciones con otras personas en la vida diaria.

Mariana Duffill Gavito