¡No soy un concepto!
Podría continuar citando a mi queridísima Clementine Kruchinsky - personaje de Kauffmann-, con quien en más de un momento me he sentido interpretada… sobre todo en materias de infancias solitarias y perturbadoras; pero la verdad en este preciso momento me eximo de querer la paz mental, y mas bien busco algo parecido a una catarsis, o cualquier cosa que me estremezca, pretendiendo que sea una medida de lo más rebelde y radical – en lo posible -, por lo tanto solo me quedo con lo del no “concepto”. A los veinticinco años de edad, me siento menos compleja que Britney y más preparada que la Hilton; Con ninguna relación de peso… aunque revolcones varios –no soy vestal, pero tampoco estoy consagrada al falo-. Y sin embargo, ¡Vaya que he tenido amores largos y tortuosos! que por lo general terminan en amistades inacabables y con una pizca de mala intención, aunque cuando mi sentimentalismo encalla, suele convertirse en un cariño sincero, con los mejores deseos de bienestar para ese lolito que por algún motivo no me quiso, ni me dio un chancee ni un beso. Pero mi dilema va más allá de mis aventuras Express y de los amores incompletos, puesto que estoy escribiendo porque tengo muchas ganas de ser franca con mis emociones: me siento fregada por mis lunas propias y otros satélites ajenos, que son de mi Vía Láctea, y hasta quizá por otras galaxias; y me pregunto insistentemente ¿Por qué tienen tanta influencian en mi los astros? Ustedes lectores saben a lo que me refiero: La gente, la familia y tantas vainas. Me marca el abandono, el abuso, la arbitrariedad, el voluntarismo, el egoísmo, el miedo, la falta de amor, la soledad, la lejanía de quienes quiero, las muertes que cargo y hasta mi propia pereza. No soy solo eso, no soy un concepto triste; es solo que me siento como el irrevocable resultado de todo eso y cuanto más. En algunos momentos pienso que no hay siesta ni fiesta que me saquen de este desazón; puede sonar extraño, pero no me creo depresiva, pero si impotente, obstruida, atrapada en mis anhelos inconclusos. Me fastidia no realizar lo que quiero ¿Será que son muy fuertes mis deseos? Puesto que no puedo pensar que no soy capaz. Necesito en estos tiempos concretar, dejar de estar colgada por reflexiones, por los preconceptos que me rodean. Ya no más.
Daniela Paz Díaz. Chilena.
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