El compañerismo médico
En Junio de 1989 sufrí un accidente, muy grave y para recuperarme demoré seis meses… ¿6 meses sin operar?... y… ¿no temía olvidarse de operar? ¡Así es! ¡Estuve 6 meses de Parada!...Temía todo, pero...en la Vida puede haber situaciones difíciles que los seres humanos no podemos prever, pero debemos estar preparados para resistirlas y vencerlas. Me reintegré en medio de la curiosidad del personal que trabaja en el Hospital y dada nuestra especialidad teníamos que llegar cualquier rato al Quirófano… ¿al Quirófano?... ¡Si!, pero en calidad de Cirujano. Estaba programado para una Cesárea electiva a las 8 am, luego de ir a Piso, marcar la tarjeta electrónica y departir brevemente con los colegas…me retiré a Centro Quirúrgico, Ya en el Centro saludé, conversé natural, normal, me vestí, pase a los lavatorios y después de 10 minutos ya estaba en el mismo Quirófano, la paciente me saludaba cariñosamente, los colegas anestesiólogos también, mi asistente y pediatra estaban a mi lado. La paciente fue anestesiada, mientras todo esto ocurría yo evocaba… momentos muy tristes de mi Vida, en ese mismo quirófano yo me debatí entre la Vida y la Muerte, recordaba lo frágil que es la Salud y la Vida, recordaba la necesaria Oración que ¡cual tesoro debemos siempre esconder en algún recoveco del Alma!, para que cuando menos la evoquemos en momentos supremos…¡Que siempre la Vida nos hace vivir!, absorto en dichos pensamientos… no me percataba de ciertas coordinaciones que el personal ejecutaba a mi alrededor, sólo me desperté cuando escuché al Dr. Ángel que dirigiéndose a mi dijo ¡Empiece Dr. Palacios!... y cuando solicité el Bisturí a la instrumentista… todos a la vez :Médicos, Enfermeras, Técnicas al unísono gritaron ¡BIENVENIDO DOCTOR PALACIOS!... ¡me sorprendí! Y luego ¡Una salva de aplausos invadió el Quirófano!, me sorprendí…los miré, se humedecieron mis ojos…la circulante los limpió afectuosamente, mientras el Anestesiólogo mirándome me dijo ¡Ahora si empiece doctor Palacios!... ¡Gracias Colegas, Gracias Amigos!... ¡Gracias compañeros!-decía- atrás mío el Jefe del Departamento había puesto a otro Ginecólogo de suplente, ¿suplente? ¡SI!...por si “le ocurra algo”…muchos pensaban “cuando opere de nuevo se va a desmayar”…”dicen que ya no puede operar” y así tantas otras leyendas… ¡No fue necesario!, al terminar la Intervención…el colega suplente ya no estaba…. abracé a los presentes por tan hermoso gesto de compañerismo.
Miguel Palacios Celi
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