El viento, el arbol y el molino.

Representaciones:

árbol:

---ramas/fruto

---tronco/f u erza

---silueta/sombra

3 niños / 3 visiones de lo mismo

Molino de viento:

---trigo/pan, fruto elaborado

---molino/forma, orden, herramientas

---viento/fuerza, propósito superior

Viento: Espíritu

Tres niños jugaban en el campo y de pronto al pasar una ráfaga de viento miraron sobre el monte y vieron, los tres a su vez, un gran molino de viento.

Pero nunca habían visto este molino a pesar de que jugaban cotidianamente en este lugar, grande fue su sorpresa al oír una voz sobre esta imagen que les preguntó:

-¿Que es lo que ven?-

Respondieron ellos diciendo:

-un molino de viento-

Luego la voz, el viento y la imagen se fueron de aquel lugar, pero no de sus recuerdos para siempre.

Crecidos ellos y pasados algunos años comentaban entre sí recordando la visión y se alegraban reviviendo emotivamente el suceso.

Decía uno:

“aquel molino era el mas hermoso artefacto que he visto y no puede mano de hombre levantar uno igual”

Mientras el segundo se apresuraba a decir:

“¿vieron como se ubicó en la cima del monte, en la colina de los trigales?

Mas para el último era mas relevante lo inicial, dijo:

“antes de la visión hubo una calma y luego el viento nos llevó a aquella visión”

Ocurrió por las causas de la vida, es decir, el destino de los hombres, que aquellos muchachos fueron separados y volvieron a encontrarse decenas de años después, cuando ya colmaban el propósito de sus días; y volviendo al recuerdo de aquella visión se confesaron unos a otros la labor que atareó sus caminos.

Y dijo uno:

“siendo ya adulto no pude desprenderme de aquella visión y conmovido en mi corazón me di a la tarea de inquirir en las cosas de Dios; buscaba la aparición y la fuerza de aquel viento inicial para que me llevara a la raíz de la visión primera, en esa ocupación estaba cuando las palabras me fueron reveladas en la Biblia y entendí que aquel molino era la obra misma de Dios, dando pan y sustento en la tierra y entre los hombres bajo la acción del Espíritu Santo (el viento); y yo quise trabajar en aquel molino de Dios.

Así, he ocupado mis días aprendiendo a administrarlo y ahora sé y entiendo que sólo aquella perfección producirá el verdadero pan, por eso ahora enseño entre los hombres la palabra de Dios, guiándoles a su conocimiento para que sean sal de la tierra.”

Sorprendidos sus amigos con alegría, comento el segundo:

“Yo tampoco pude apartar aquella visión de mis intenciones a lo largo de todos mis días, fui sobrepasado en mis propias ideas haciendo cosas que nunca imaginé; aprendí a negociar y a decidir ventajosamente y habiendo ahorrado dineros recorrí la nación por donde aquel viento me llevara, comprando las mejores tierras junto a los montes, sembrándolas de trigo y de toda planta sustanciosa en fruto y de la cosecha de aquellos frutos he obtenido los recursos para levantar escuelas, para enseñar a enseñadores y he reunido hombres para cumplir con ellos aquella visión según lo que el Espíritu le señale a cada uno en su destino; porque entendí que aquel trigo crecido y hermoso eran los hombres, que cuidados y enseñados desde pequeños se alzarían como montes sembrados sobre los cuales el Espíritu del Dios Altísimo producirá sabiduría, entendimiento y disposición a servir, convirtiendo lo humano en divino por la revelación de cristo, el verdadero pan del cielo.

Conmovidos se dieron a la tarea de oír al tercero, quien dijo:

“yo nunca tuve muy claro que era aquella visión, porque al ver aquel molino tan perfecto y hermoso supe que ninguna mano humana lo podría construir y entendiendo que aquello era la obra misma de Dios me quedaron mas preguntas que certezas, pues si aquella era una imagen de la iglesia entonces yo debía ser como una gavilla de trigo, pero si aquella era una imagen de la acción que obra el Espíritu de Dios entonces yo debería ser convertido en pan…pero me llené de preguntas..

¿y si aquel viento soplase en otra dirección, sobre otro monte, serían otra cosa el trigo y otra cosa el molino?

Desde aquella, nuestra despedida, he entregado mis días a estudiar buscando respuestas a las preguntas que esa misma ráfaga de viento me trajo y he entendido que también son como molinos los procesos que transforman todo el bien que Dios planta para nosotros en forma de frutos para nuestro vivir, que esos procesos de transformación son parte de la obligación que Dios nos legó con la administración de sus cosas, pero es imposible aprenderlos si aquel viento no guiare nuestros ojos conduciendo nuestras miradas.”

Se abrazaron los tres entendiendo que no podrían hacer distinción entre ellos acerca de lo que se pudo haber comprendido mejor o peor, pues estaban concientes de que los tres habían tenido una única visión y que del mismo Espíritu habían sido insuflado todos.

Sin tener mas respuestas llegaron al final de sus días y descansaron.

Entonces, en su reposo, desprovistos de las limitaciones de sus cuerpos y con la posibilidad de ver aquello invisible que antes solo debían creer, reunidos los tres, consultaron con el encargado del lugar cual de ellos realmente estuvo mas cerca de entender el significado de la visión y la respuesta les agradó:

-“Ninguno, están aquí porque creyeron.

El Espíritu es el soplido de Dios, su aliento y propósito, vida y propósito no se pueden separar, el espíritu contiene y es la ejecución del aliento de sus palabras.

Todo cuanto es,

Todo cuanto se ve ha sido provisto por la palabra de Dios mediante su espíritu, pero la desviación del corazón de los hombres degenera todo lo que toca, mira o escucha;

Todo lo que el hombre toca es contaminado, todo lo que el hombre oye es olvidado y cambiado, en todo lo que el hombre expresa arrastra las palabras de su corazón y de su lengua.

Todo lo que el hombre piensa, imagina o sueña de sí mismo es desviado por la maldad que desvía su corazón;

Cuando Dios restaura, perdona y justifica al hombre, éste reverdece como un árbol seco que vuelve a la vida, pero hay ramas que crecen antes y mas que otras, sus sombras dependen de aquel verdor encarnado y de la forma en que aproxima a la luz sus ramas.

Algunos hombres son como el durazno, aromáticos, suaves y dulces, porque como los árboles, toman de la tierra tales sales, tal cantidad de agua y están a tanta distancia de sus similares; Así, aunque son muchos los duraznos de una rama (bellos, feos, buenos, malos), solo uno es el fruto: el durazno. Y ese es el milagro, que el agua que es el espíritu se transforme en durazno (que es el fruto), pero todos los hombres son distintos y reverdece cada cual en su tiempo y según su hoja y su fruto, unos absorben mas nitratos, otros mas sol, otros mas agua y producen duraznos, ciruelos, damascos, pero el agua, el sol y la tierra son los mismos.

El árbol es la imagen del molino de Dios y todos ustedes son imagen de aquel molino perfecto que es el Cristo y están aquí por lo que creyeron, no por lo que entendieron.

El fruto de los sabios es mas dulce, pero mas doloroso. Ninguno de ustedes entendió lo que Dios entiende, pero todos ustedes hicieron la voluntad de Dios al permitir al Espíritu producir fruto en ustedes ( obediencia) y el fruto se prueba por su sabor.

Todos comen del buen fruto aunque nadie sabe como crece, nadie come ropas o instituciones ni papeles…..solo les queda obedecer, el camino es angosto, largo y continuo; tiene movimiento y cambios, siempre habrá algo que crece.

Los árboles solo deben buscar el sol y crecerán bajo su luz aunque ellos mismos no lo entiendan.”-

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