Cómo evitar el lenguaje obsceno en la relación de pareja
Mediante cuatro sencillos pasos que este artículo sugiere, es posible que entre la pareja no existan términos groseros, malas palabras. Pero eso sí, son necesarias voluntad y compromiso.
- ¡Qué %&*ª+º es esto, nunca están las cosas en su lugar!
-¡Y tu siempre dejas las cosas tiradas, todo hecho una %+&ç*x!
- ¡Y eso a vos qué *+&%ºÇ=^ te importa!
- ¡Cómo no me va a importar pues w&”¿ç, si yo tengo que recoger toda tu /’?=)xy!
- ¡Más bien agradecé que haces eso en vez de *?/8[¬}]\!
Es trágico y desagradable pues los términos soeces vulneran la unión en el matrimonio y ello, en ciertas parejas, ocurre de manera cotidiana, a solas, delante de los hijos e incluso familiares y amigos ¡hasta en la calle! Y en cualquier circunstancia, ya sea una riña o una conversación.
Y lo que es peor, cuando se le hace notar a la pareja que no debería emplear lenguaje grosero, simplemente se limita a responder molesto(a) “es mi forma de hablar, así soy, crecí en una familia pobre y humilde”.
¡Cuan ingenuos quienes consideran que ello es normal cuando la cultura de la pareja es de esa naturaleza, es decir el hablarse profiriendo gritos y groserías! Pero aquello no es diálogo, simplemente es una total falta de respeto al cónyuge y a los demás, pues comunicarse en medio de adjetivos de grueso o mediano calibre es imposible.
Al contraer compromiso matrimonial estamos comprometiéndonos a respetar a nuestra pareja en todo aspecto, y el lenguaje es uno de ellos. No, de ninguna manera eso quiere decir que se debe hablar empleando terminología elegante, pero tampoco significa que tengan que usarse expresiones como las del caso supuesto y que se citan al empezar este artículo.
Si bien -y decir esto no es machismo de ninguna manera- en los labios de una dama a algunos nos suena muy desagradable que hayan expresiones soeces, que digan groserías, de ninguna manera ello significa que los varones tenemos carta blanca para emitir improperios, es igual de desagradable, el lenguaje es igual irrespetuoso y la actitud desconsiderada.
Cuatro pasos
En tal sentido, y a fin de evitar proferir insultos y malas palabras en la vida conyugal, tal vez deban aplicarse las siguientes sugerencias:
Frente a cualquier problema el diálogo es indispensable, por eso la pareja debe dialogar calmadamente sobre el asunto y comprometerse a asumir las consecuencias por proferir malas palabras.
En una hoja hacer un listado de malas palabras (adjetivos gruesos, palabrotas) y al lado se debe escribir cuál es la multa, ya sea en dinero o realizando una tarea.
Preferible mente en el dormitorio matrimonial, esta hoja debe ser adherida en la pared cubriéndola con otra en blanco.
Cada vez que alguien de la pareja incurra en proferir palabrotas, deberá pagar o hacer lo que indique el listado.
“Amor es también el respeto al otro mediante el uso de un lenguaje libre de groserías”
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