Contactos comeciales a tan sólo un click.
Las redes sociales se han vuelto temas de conversación en todos los ambientes, hasta el punto de ser uno de los asuntos más populares de nuestros días. Todo el mundo tiene acceso a ellas, desde personas particulares a instituciones, desde colectivos y empresas, a grandes firmas y pymes.
Se trata de un sistema de relaciones que favorece la interculturalidad, la intergeneracionalidad, las relaciones democráticas y algo importante, un derecho, la autonomía para decidir con quien quieres y no quieres compartir tu espacio y tu tiempo.
Quien más y quien menos está pendiente de su muro y del de su vecino, entendiendo por muro, el lugar en el que Facebook, con diferencia la red social más importante de todas, propone incluir las actualizaciones de los contenidos de los perfiles.
A eso se le llama interactuar y a la tarea de relacionarse de esa manera virtual se le denomina networking, operar en redes, trabajar en ellas y por extensión servirse de ellas, como hacen millones de profesionales y firmas en todo el mundo que han visto su potencialidad y, mejor aún, la sencillez intuitiva del manejo de una plataforma que a veces recuerda a un bloc de notas, ordenado con datos de arriba a abajo, y otras a una agenda, cuando no a una pizarra en la que apuntar y desmarcar.
El networking, el seguimiento y el prosicionamiento comercial en las redes sociales, es una fórmula sin equivalencia en las historia del comercio en todos los tiempos. No sólo porque nos ofrece mostrar productos y servicios en igualdad, al mismo nivel que el usuario y potencial cliente con el que compartimos espacio, sino porque el networking también nos acerca de manera íntima al contacto comercial, como sucedía en los tiempos del negocio de barrio y al viejo encuentro cara a cara entre tendero y su público.
Resulta paradójico que un medio tan tecnificado, tan masivo y aparente tan deshumanizado e impersonal, pueda haberse convertido en un instrumento valiosísimo para inferir a través de contactos comerciales con usuarios. Aún más, independientemente del formato de cada una de las redes estas revelan las preferencias de sus usuarios como ciudadanos al tiempo que como consumidores.
En todo caso, una cosa es tener presencia en las redes sociales y otra hacer uso de los recursos para establecer contactos comerciales. De la misma manera que cuidamos las formas en la vida real, las redes sociales y el networking exigen una actitud muy especial. Especial por singular no por distinguida.
Las redes sociales nacieron con un espíritu colaborativo que sigue impregnando su participación colectiva. Cualquier persona esperará de usted que interactúe, que aporte algo, que se defina y que, según las características de cada red, converse o que genere contenidos que puedan ser útiles o de alguna manera atractivos.
Estar en las redes sociales con la única finalidad de establecer contactos comerciales, tal cual, no funcionará nunca como carta de presentación. En las redes sociales, la valía, o, si lo prefiere, la influencia, se mide por la capacidad para algo tan simple como sorprender, entusiasmar, crear atención, generar información de valor, cuestiones que también funcionan en la vida real y que son con las que sirven para reconocer a los líderes.
Si su deseo es conseguir contactos comerciales para iniciar una dinámica de captación de potenciales clientes a través de las redes sociales y el networking, empiece por lo primero de lo primero, busque qué puede hacer para construirse una buena reputación virtual a partir de su sana y honesta dedicación a compartir su tiempo con quienes tal vez quieran escucharle.
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