Historia de Letreros en Miami
El letrero de neón ha sido, quizás, el elemento más usado para rotular del siglo pasado. Y es tan notable su importancia que de hecho ha llegado a convertirse en una herramienta arquitectónica dándole personalidad a determinadas calles y distritos. Un ejemplo de esto lo encontramos en South Beach, el barrio art decó que se encuentra al sur de Miami.
El neon es el protagonista principal de las calles más importantes en el mundo entero, aunque ya ha sido reemplazado por otras técnicas más avanzadas, más económicas y más respetuosas del medio ambiente, como los leds.
En las noches de cualquier ciudad del mundo, los destellos de neón cautivaban a los transeúntes durante una gran parte del siglo XX. Una muestra de eso lo encontramos en el distrito South Beach, en Miami (Florida). Es tanta la innovación de este lugar que el mismo ha sido declarado Monumento Histórico de EE.UU. Posee aproximadamente 800 edificios de estilo art decó que se conservan perfectamente, siendo precisamente el neón su principal característica de atracción.
La construcción de este barrio se remonta a principios de 1930 y mediados de 1940 como símbolo de la pujanza de Miami en los años posteriores a la Gran Depresión. Como todo sabemos las calles de South Beach están repletas de hoteles que fueron basados en el futurismo, sin embargo tenían un solo objetivo: reflejar la creencia de que la tecnología es el futuro. Y para ello, nada mejor que vestir de neón sus principales reclamos turísticos y los nombres del establecimiento.
Pero la historia de este lugar tiene muchas anécdotas que se relacionan con su rotulación. En la década de los setenta el barrio estuvo a punto de desaparecer, puesto que las autoridades se mostraban favorables a derribar muchos de los edificios, como por ejemplo el Hotel Senator, en la Avenida Collins, para construir una plaza comercial rodeado de rascacielos con un más que rentable aparcamiento público.
Es entonces cuando los habitantes del barrio quienes no permitieron la demolición por parte del Ayuntamiento. Tuvieron que luchar valiendo de Activistas como fue la diseñadora Bárbara Baer Capitman, quien fue una defensora del neón, finalmente, en mayo de 1979 lograron que las construcciones no fueran demolidas, al tiempo que se conseguía, para evitar futuras tentaciones urbanísticas, que el lugar fuera declarado de interés federal.
Actualmente, hospedarse en uno de estos magníficos hoteles, hoy reformados, es toda una experiencia. Por el día, las calles se llenan de familias típicamente americanas y de jóvenes patinando sin camiseta, para lucir mejor sus cuerpos. No se puede apreciar a esas horas el esplendor del lugar ya que los letreros de neón están apagados, aportando un aspecto más familiar al distrito.
Pero, cunado cae el sol, el barrio se convierte en un hervidero de gente que goza de un buen ambiente nocturno, si bien hay que tener en cuenta de que, a ciertas horas de la noche, conviene andar con prudencia por estas calles, que pueden llegar a ser peligrosas.
Es así como los letreros se han sido un elemento importante en diversas corrientes culturales. En 1981, por ejemplo, atraído por sus luces, el artista Andy Warhol viajó desde Nueva York a South Beach para estudiar cada detalle del estilo arquitectónico del barrio y comprobar in situ el efecto hipnótico de las luces de neón, incorporándolas posteriormente a su obra.
South Miami es el destino perfecto para comprobar lo que la magia de las luces puede hacer a la vista de las personas.
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