El mundo tiene dos mitades
Marco Tulio0 Cicerón: "El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes"
El mundo se divide en dos: los que cumplen las normas y los que no las cumplen. Vivir en sociedad implica el cumplimiento de normas. En su libro "El contrato social" Juan Jacobo Rousseau que los humanos debemos encontrar una forma de asociación que nos defienda y proteja.
El problema fundamental de esa asociación queda resuelto a través de ese contrato cuyas cláusulas deben quedar bien definidas. Sin embargo, toda la norma quedaría reducida, según el autor, a un solo punto: "Estas cláusulas bien entendidas se reducen todas a una sola, a saber: la alienación total de cada asociado con todos sus derechos a toda la sociedad."
Nuestra academia de la lengua, a su vez, define a la sociedad como: "Agrupación natural o pactada de personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida".
El hecho de agruparse para "cumplir todos o algunos de los fines de la vida" implica la vocación de cooperar con los demás y la sujeción a las normas.
Tratándose del bien común es deseable que todos los individuos cumplan voluntariamente con lo suyo.
Si no hay un sometimiento voluntario el estado ejercerá la fuerza y se convertirá en un ente autoritario y en la mayoría de las veces antipático para los ciudadanos.
Si no lo hace será, por el contrario, un ente débil, objeto de la burla y de la falta de credibilidad de los asociados. El mundo se reduce de este modo a dos mitades: los que cumplen y los que no cumplen. Los primeros lo hacen porque son honrados, buenas personas y responsables. O lo hacen por el miedo a meterse en problemas con las autoridades.
El moto taxista no se coloca el casco porque estén convencidos de que deban hacerlo para proteger su vida, sino porque, de no hacerlo, se expondrá a una severa sanción pecuniaria.
Los que no cumplen las normas tienen diversas motivaciones: no las conocen, no quieren cumplirlas, no pueden o simplemente están ensoberbecido y no se creen en la obligación de cumplir.
Este último es el caso de los conductores que detienen sus autos para hablar entre sí y cuando les llaman la atención responden con evidente molestia: "Estamos en Colombia" o "Todo el mundo lo hace". Cuando esto último sucede, el mundo se divide en dos: los que esperan con paciencia y los que maldicen en silencio.
Por: Alejandro Rutto Martínez
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso escritor y periodista ítalo-colombiano quien además ejerce la docencia en varias universidades. Es autor de cuatro libros sobre ética y liderazgo y figura en tres antologías de autores colombianos. Contáctelo al cel. 300 8055526 o al correo alejandrorutto@gmail.com. Lea sus escritos en MAICAO AL DÍA, página en la cual usted encontrará escritos, crónicas y piezas hermosas de la literatura colombiana.Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?
Alejandro muy interesante tu artículo; argumentas de un manera práctica la indiferencia con la que vivimos, de alli la realidad social deprimente por la que pasamos actualmente. Espero la lectua nos haga reflexionar haber si cambiamos y en un futuro no muy lejano logremos ser más de la mitad los que seguimos las normas.
Registro automático