El poder escondido de una pregunta

Más allá de todo  razonamiento lógico nuestro inconsciente tiene respuestas a cualquiera de nuestros planteamientos.

De ahí la importancia de una pregunta sabia, en el momento y manera adecuada.

Preguntar bien, significa pensar acertadamente, ser conscientes de nuestro diálogo, no olvidarnos de aquello que queremos obtener. Si el resultado que esperamos es una respuesta inteligente, ésta sólo podrá ser convocada por una pregunta clara y

concreta.

Si el fin de nuestra pregunta es obtener una solución, debemos enfocarnos en una actitud firme y positiva, y expresarla de forma concisa, sin lugar al descontento, ni duda de nuestras posibilidades. Debemos observar que si por el contrario ante ese mismo  problema expresamos una queja o desaliento, nuestra respuesta va a ser  problema expresamos una queja o

desaliento, nuestra respuesta va a ser igualmente insatisfactoria.

Una de mis mayores enseñanzas llegó de la mano de mi maestro, en la forma de la siguiente frase: “Tu inconsciente,

siempre responde”.

Aquello significó para mí una auténtica revolución personal. Para constatarlo me bastaba con mirar hacia atrás.

Tan solo debía concientizar el proceso inicial de cualquiera de mis éxitos y ¡ah íestaban! De manera ineludible siempre había una pregunta en forma y enfoque adecuados. De hecho, no existe otra manera, para salvar nuestros escollos y avanzar que no sea la de activar nuestro conocimiento dormido con preguntas creativas. ¡Ese es nuestro primer  e importante paso!

Visualicemos un ejemplo. Ante un problema económico, pongamos un gasto extra inesperado, ¿Qué podría darnos

resultado? Quizás enfocarnos en nuestra situación y aumentar nuestra ansiedad, no resultara la solución idónea, pero qué ocurriría, si nuestra pregunta fuera del tipo: ¿Qué puedo hacer para obtener 300 euros extras éste mes? ¿Cómo puedo

generar este mes la cantidad de  dinero extra que necesito?

El segundo e  inmediato paso a tener en cuenta es nuestra actitud.

De nada servirá el realizar estas cuestiones sino las acompañamos de una actitud positiva, sincera y férrea.

No olvidemos la fuerza de una pregunta bien hecha, ni subestimemos en modo alguno lo infinito de nuestras

soluciones.

Hombres y mujeres ilustres de todos los tiempos han resuelto todo tipo de grandes cuestiones de cualquier

ámbito a través de la misma fórmula.

¿Te imaginas que hubiera sido de Sherlock Holmes si no hubiera sabido del éxito de un tiempo de reflexión para hacer la pregunta acertada?