Don flaco setima parte
Siguen los encuentros con “Don Flaco”
“Cuando yo vine a Lima la primera vez en el año 35, Lima no llegaba a un millón de habitantes, 800 mil habitantes tendría. Lima terminaba donde estaba la Plaza Grau, con el tranvía a Chorrillos, y donde está la Plaza Bolognesi con el tranvía al Callao. Todo era carreteras comerciales, y pequeñas granjas, de ganado, de pollos, hasta el Callao. Y hacia Barranco y Chorrillos eran chacras de cultivo. Lince tiene 78 años de fundado; lo que existía era Santa Beatriz.
En diversiones, había: Pelea de gallos en Sandia, por el Parque Universitario, la calle Sandia. Había la corrida de toros, carrera de caballos, carrera de perros. Había en donde está el Country Club, allí jugaban polo a caballo. Había un señor que montaba caballo y jugaba polo a las mil maravillas, Un señor de apellido Pastor, pariente del señor Beltrán. Un hombre muy rico norteño. Había exposiciones de caballos de paso, donde iba la gente que tenia plata y que tenían caballos.
Lima era una ciudad muy bonita, tenía muchas diversiones. Los carnavales eran una cosa incomparable, con las reinas, los desfiles. Ahora una semana santa en Lima, era una semana santa. Las mujeres se vestían de negro con mantillas de chantillí, y su abanico, elegantes de negro. Los hombres iban de negro o azul, con corbata negra y camisa blanca a misa. Era un luto moral.
Lima ha perdido mucho esa belleza señorial, ese arte, de gente con mucha cultura, con mucha preparación. No se usaba mucho la palabra “Señor” se usaba la palabra “Caballero”. A las mujeres “Madame” o “Señoronas” había mucha simpatía entre las personas, no había odio. Había amor. La gente del extranjero, le llamaban la ciudad cucufata, o beata. Porque había mucha gente que paraba todo el día en las iglesias.
Ahora tu tenias una cosa, venían de afuera, y querían conocer iglesias, y habían días de la semana que como si fueras tu un turista extranjero, te permitían entrar. Yo era un muchacho cuando entré, tendría pues 17 años 18 años. Entré a las catacumbas de San Francisco. Y en mi vida que he viajado, he vuelto a ver una cosa así. Eso es una cosa un poco fuerte, pero, te enseña ¿no?, de que siempre ha habido errores.
Dicen ciertas personas, que la catedral de Lima iba a ser San Pedro. La Iglesia de los Jesuitas; por eso tiene los altares en pan de oro, bellezas, y al lado hay una capilla. San Pedro tenía dos puertas, y pidieron permiso al Vaticano para poder tener tres puertas, porque solo las catedrales tienen tres puertas”
Escuchar a “Don Flaco” en lo particular para mí, es completamente emocionante. Emocionante porque creo que hay detalles que él me cuenta, que de repente no están registrados en ningún sitio. La experiencia personal de lo vivido en aquella época, le da ese toque particular de haber visto todo eso que pasó. Y honradamente no creo poder encontrar estos detalles en libros ni crónicas de la época.
Continua.
Andrés Arbulú Martínez
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