Endocarditis
Boca sana corazón protegido
Mantener la boca limpia es algo más que una cuestión de estética. Cepillarse los dientes y cuidar la alimentación son fundamentales para prevenir enfermedades cardiovasculares, especialmente en aquellas personas con antecedentes de problemas cardíacos. Una mala higiene bucal puede desencadenar endocarditis.
La relación entre las patologías cardiovasculares y la enfermedad periodontal (enfermedad bacteriana que afecta al periodonto, el tejido de sostén de los dientes) no es nueva. Así, las infecciones e inflamaciones bucales juegan un rol importante en el origen de otras enfermedades, entre las que destaca la endocarditis. ¿Pero qué caracteriza a esta patología? El Dr. Eduardo Payá, cardiólogo del Hospital de Elda (Alicante), y la Dra. María Teresa García Vercher, odontóloga especialista en Endodoncia, explican que “la endocarditis consiste en la infección por microorganismos de la superficie interior del corazón. La mayoría de las veces afecta a las válvulas cardíacas si bien también puede aparecer sobre cuerpos extraños, como son las prótesis valvulares, los catéteres o los electrodos (cables) de los marcapasos”. La incidencia de esta enfermedad no es alta, si bien ni siquiera entre los facultativos existe una opinión unánime acerca del grado exacto de riesgo que representa. Su aparición en la población general se calcula entre aproximadamente dos y seis casos por cada cien mil personas al año, teniendo en cuenta que su incidencia es mayor en hombres que en mujeres y que aumenta con el paso de los años. También es más frecuente en algunos grupos de población como los adictos a drogas intravenosas. En cualquier caso, si se toman las precauciones adecuadas, las probabilidades de contraer una endocarditis están por debajo del uno por ciento.
Origen bacteriano
Según los doctores Payá y García, “para que se produzca la endocarditis bacteriana es necesaria una lesión inicial que es provocada a su vez por ciertas condiciones que originan flujos de sangre a gran velocidad y microtraumatismos en la superficie del corazón, o bien la presencia de cuerpos extraños. Sobre esa lesión en la superficie interna del corazón se produce una adhesión de plaquetas y fibrina formando un agregado que posteriormente se infecta por microorganismos que alcanzan el corazón a través de la circulación sanguínea, creciendo en tamaño y formando una estructura que se denomina vegetación o verruga”.
Esta estructura, que puede medir desde menos de un milímetro hasta varios centímetros, se compone de microorganismos que se introducen en la circulación sanguínea procedentes, en muchos casos, de la boca durante la realización de actividades diarias (masticar, cepillarse los dientes, etcétera, así como con los procedimientos dentales a los que nos podemos someter).
La otra vía de entrada son los procedimientos dentales a los que nos podemos someter. En la mayoría de las ocasiones, el microorganismo que origina este proceso es una bacteria, fundamentalmente el streptococcus viridans.
Todo este proceso provoca en ocasiones el mal funcionamiento de las válvulas, dificultando su apertura y su cierre. En ocasiones, las vegetaciones llegan a abscesos y comunicaciones entre las cavidades del corazón o se desprenden, causando embolias en otras partes del cuerpo. Existen muy diversos síntomas en la endocarditis infecciosa, aunque la mayoría de ellos son, a veces inespecíficos: fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, malestar general, debilidad, pérdida de peso, dolores musculares… hasta fatiga y dificultad para respirar si la endocarditis se complica con insuficiencia cardíaca.
Si se sospecha la existencia de una endocarditis, es fundamental diagnosticarla y tratarla con urgencia, puesto que se trata de una enfermedad muy agresiva con índices de mortalidad y morbilidad significativos.
Prevención y tratamiento
La prevención, consistente en unos hábitos saludables de higiene dental, se complementa con un adecuado tratamiento en el caso de ser sometidos a extracciones u otras intervenciones dentales.
Esto es especialmente importante para los pacientes de alto riesgo de sufrir endocarditis, como son los portadores de prótesis valvulares cardíacas, historia de cardiopatías y disfunciones valvulares congénitas, los que presenten antecedentes de endocarditis bacteriana, junto con los portadores de cuerpos extraños como son los catéteres venosos o los electrodos de los marcapasos.
La importancia de preservar la entrada de bacterias en la sangre es capital para todos estos pacientes cuando se están sometiendo a procedimientos dentales, ya que durante las extracciones, limpiezas bucales o procesos similares se incrementa la frecuencia con la que se produce el paso de microorganismos de la boca al torrente sanguíneo.
De hecho, según los Drs. Eduardo Payá y María Teresa García, en los personas con mayor riesgo, “está indicada la administración de antibióticos para prevenir la infección antes de someterse a procedimientos odontológicos. Sin embargo, no existe una certeza al cien por cien de evitarla en todos los casos”. Una vez detectada, la endocarditis se combate mediante la administración de antibióticos durante un largo periodo de tiempo, que puede ir entre cuatro y seis semanas. Sólo en ocasiones es necesaria la cirugía cardíaca para reemplazar la válvula afectada.
Cuidar nuestra boca es un aliado más si queremos cuidar nuestro corazón. Para lograrlo, basta con cumplir algunas pautas sencillas: cepillar los dientes tras las comidas, ayudarnos con hilo dental, llevar nuestro cepillo cuando no estemos en casa y someternos a una revisión odontológica anual. Abandonar malos hábitos, como el tabaquismo, ayudará a nuestros dientes y nuestro corazón lo agradecerá.
La salud bucodental en cifras
1) Las enfermedades bucodentales más comunes son las caries dentales y las periodontopatías. 2) El 60-90 por ciento de los escolares de todo el mundo tiene caries dental. 3) Las enfermedades periodontales graves afectan a entre un cinco y un 20 por ciento de los adultos de edad madura. 4) El 5-10 por ciento del gasto sanitario de los países desarrollados guarda relación directa con la salud bucodental.
Pautas para un buen cepillado
1) Cepíllate los dientes tras cada comida, sin dejar pasar más de 15 minutos. 2) La limpieza antes de acostarse es fundamental para evitar la exposición a microbios. 3) Elige un cepillo manejable, de punta redondeada y pequeño para llegar fácilmente a todos los dientes. 4) Cambia de cepillo cada dos-tres meses y elige dentífricos fluorados. 5) La técnica más eficaz consiste en movimientos cortos y suaves con especial atención a la línea de la encía y las zonas de más difícil acceso. 6) Refuerza la higiene utilizando seda dental. 7) Extrema la limpieza de la lengua, pues en ella se acumula una gran cantidad de bacterias.
La Fundación Española del Corazón es una organización cuyo impulso vital es velar por la salud cardiovascular de la población través de la excelencia clínica, investigadora y educativa.
Registro automático