Relojes de Pulsera A Lange and Sohne
La marca Lange está impregnada de un vibrante pasado, pero es moderna en todo el sentido de la palabra.
Fundada en 1868 por Adolf Lang junto con su cuñado Adolf Schneider, la compañía inició operations en Glash Utte, Saxony, con solo quince aprendices de relojero.
Lange tenía una cierta aptitud para las máquinas y las herramientas, lo que combinado con su imaginativa e innovadora mente, lo llevaron a desarrollar nuevos e interesantes métodos para hacer relojes. Lange empezó como un aprendiz del vigilante de la torre del reloj de la corte real de Saxon in Dresden, quién era un reconocido relojero por méritos propios. En los años que precedieron a 1842, él trabajó en Inglaterra, París y Suiza, para luego regresar a Dresden, donde se casó con la hija de su primer maestro y eventualmente se volvió copropietario del negocio de su nueva familia.
Siendo Lange un hombre de mentalidad social, instaló una fábrica de relojes en Glashutte, un pueblo con una pésima situación económica, donde le enseñó a varios de los lugareños el arte de hacer las intrincadas partes que conforman un reloj. Al hacer esto, Lange esperaba establecer una base de proveedores locales de piezas de reloj, liberándose así de la necesidad de tener que tratar con compañías extranjeras que eran inconstantes.
La Compañía Lange ganó reputación rápidamente por crear exquisitos relojes de bolsillo, de los cuales el Gran Complicación estaba entre lo más espectaculares, tenía indicador de la fase de la luna, calendario perpetuo y cronógrafo de fracción de segundo.
Cuando Adolf Lange murió en 1875, la compañía se conocía con el nombre de A. Lange & Sohne. Sus hijos se hicieron cargo del manejo de la compañía y la mantuvieron trabajando durante la Primera Guerra Mundial, en gran parte gracias a la demanda de sus altamente precisos cronómetros marinos. En 1930, el nieto de Adolf Lange, Richard Lange, llevó a la compañía a patentar una innovadora aleación para resorte, que incorporó el elemento berilio, haciendo que la aleación fuera estable frente a un amplio rango de temperaturas. Al día de hoy, esta aleación para resorte patentada se continúa utilizando en la fabricación de relojes.
Sin embargo, en 1945, el edificio principal de A. Lange &Sohne fue destruido y fue solo hasta 1990 que la firma fue reactivada por Walter Lange, bisnieto de Adolf Lange. Walter renombró la compañía como Lange Uhren BmbH, la cual luego en 2000 fue comprada por Richemont. En la actualidad, Lange Uhren GmbH tine más de 300 empleados, de los cuales casi la mitad son relojeros.
Actualmente, Lange Uhren GmbH ha desarrollado una reputación debida a relojes creados de forma exquisita, los cuales ofrecen estilos en los que a través de la parte trasera, el dueño de un Lange, puede observar el intrincado y fascinante mecanismo de los cientos de partes individuales que conforman su muy sofisticada pieza de equipo para saber la hora.
Entre los logros más sobresalientes de la compañía están sus contribuciones a la continua evolución del tourbillon. El tourbillon es un escape inventado en 1801 por Abraham Louis Breguet, un legendario relojero. Fue desarrollado con el objetivo de aumentar la tasa de precisión en los relojes, reduciendo el efecto de la gravedad en un subgrupo de relojes llamado el balance. El resultado fue una nueva carcasa que encierra el escape, paleta, rueda de escape y balance. Esta carcasa se sometió a un movimiento giratorio constante que negaba efectivamente cualquier acción de la gravedad en las partes dentro de la carcasa.
Controlar la tasa de precisión de los relojes requiere que tales tasas se ajusten a un reloj aún más preciso que se utiliza como referencia. También debe ser posible detener el mecanismo del reloj cuando se necesite. Anteriormente, el mecanismo de un tourbillon no se podía detener y había que esperar por el momento preciso para echarlo a andar nuevamente. Una vez que el tourbillon empezaba a funcionar, no era fácil detenerlo y reiniciarlo nuevamente.
Podría parecer que la solución más sencilla a este problema sería utilizar una palanca para bloquear y detener el mecanismo del tourbillon, pero luego de una breve discusión en A. Lange & Sohne, se determinó que esta solución simplemente no funcionaría. La razón para esto es que detener el mecanismo del tourbillon también implicaría la pérdida de toda la energía almacenada, necesaria para que el tourbillon continuara con su siguiente rotación. Para poder en marcha el tourbillon nuevamente, se necesitaría aplicar algún tipo de fuerza, tal como una rotación lateral del reloj.
Finalmente, A. Lange & Sohne patentó una nueva forma de resorte asimétrico que permitiría detener el mecanismo del tourbillon de manera confiable e iniciarlo a voluntad. El mecanismo completo, que consistía de 373 partes distintas, estaba dentro de la carcasa que se llegó a conocer como Cabaret, un modelo de reloj para caballero.
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