El Sueño Americano de los Migrantes, una Terrible Pesadilla
Conforme el paso de los años, he sido testigo en mi vida, de la gran problemática que el fenómeno de la migración ha implicado en diversos ámbitos para los dos países con el corredor más transitado en el mundo; México y Estados Unidos.
El camino de las políticas migratorias norteamericanas tanto a nivel federal como estatal, cada vez se endurece más haciendo propicio un escenario desfavorable para los migrantes ilegales. Las cifras de muertos y desaparecidos incrementan día con día al paralelo de las dificultades con las que se topan los migrantes ante el gobierno estadounidense que lucha por reforzar las políticas de sus fronteras debido a la creciente intolerancia hacia la migración ilegal.
El sueño americano se ha convertido en una terrible pesadilla para miles de migrantes procedentes de Centroamérica que se ven obligados a recorrer la ruta más peligrosa alrededor de todo el mundo, donde los derechos humanos no tienen cabida y donde se presencia de manera clara y tangible, la fuerte corrupción y delincuencia que ha tomado por asalto a nuestro país.
Encima de todo, la pesadilla del sueño americano no termina aquí; los migrantes Centroamericanos se ven en terribles circunstancias al tener que cruzar por el infierno que tiene inicio en la frontera sur de México; los 1.112 kilómetros de extensión compartidos con Guatemala y Belice, están impregnados de una esencia de criminalidad y militarización que han provocado que la frontera sur mexicana se convierta en uno de los corredores más peligrosos del mundo.
Las autoridades mexicanas hacen poco por evitar que los migrantes ilegales suban al llamado “tren de la muerte”, también conocido como “La Bestia”, que brinda un transporte “gratuito” desde la estación Arriaga, Chiapas, hasta la frontera norte, y peor aún, hacen poco por detener a las pandillas armadas que asaltan, secuestran e inclusive asesinan tanto a los migrantes como a sus modestos sueños.
Los migrantes centroamericanos “llevan las de perder” en toda su travesía; al atravesar la frontera con México, deben cuidarse la espalda tanto de los asaltantes como de la policía que irónicamente, en materia de migración, representan lo mismo ante los ojos de sus vulnerables víctimas.
Por si fuera poco, parecería ser que la geografía tampoco está a su favor; los migrantes indocumentados de Centroamérica, deben vencer los obstáculos intrínsecos a la sierra chiapaneca para lograr llegar a la estación ferroviaria en dónde arriba “La Bestia” y donde se debe realizar el pago que les permita subir al tren ya sea junto al maquinista por mil 500 pesos, o bien, en el techo del tren por 100 pesos.
Una vez en la frontera norteamericana, tanto los migrantes ilegales mexicanos como los centroamericanos, deben resistir las adversas condiciones geográficas de la ruta elegida; ya sea a las extremosas temperaturas del desierto de Arizona que hasta 2008[2] había acogido cerca de 5 mil cadáveres, o a las fuertes y frías corrientes del Río Bravo en donde se han ahogado los gritos de miles de migrantes.
Se estima que sólo uno de cada cinco[3] migrantes originarios de Centroamérica, logra cumplir su objetivo mientras que el resto, se ve en la necesidad de limitarse a la ilusión de lograr algún día el sueño americano puesto que la travesía que deben llevar a cabo, está llena de obstáculos que de antemano aseguran la violación a los derechos humanos más básicos y la inexistencia absoluta de la dignidad individual.
Día con día me cuestiono ¿Dónde está la presencia la autoridad mexicana ante esta terrible realidad? ¿Quién va a poner fin a la “mano invisible” que ha hecho de la migración un verdadero infierno? O que acaso, ¿se necesitan más cadáveres para que las autoridades entren en acción?... Tan sólo en el últimos seis meses de 2010, diez mil migrantes fueron secuestrados y conforme pasan los días, la cifra se convierte más atroz.
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), las cifras de los secuestros ocurridos a lo largo de 2010 en la frontera sur mexicana, son una clara evidencia de la carencia de políticas públicas en México para poner fin a esta problemática que ha afectado a miles de personas. Más sin embargo, ni las cifras de migrantes desparecidos y muertos, ni las afirmaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, parecen suficientes para que las autoridades entren en acción.
La situación migratoria está totalmente fuera de control; la trata y el tráfico de migrantes, las muertes y los desaparecidos, como la creciente violencia de la que son víctimas, es una problemática que está trastocando los límites de la dignidad humana.
[2] González Velázquez, Eduardo (2009). Trepar a la Bestia; una victoria pírrica. La Jornada Jalisco, 23-01-09. Extraído el día 30 de enero de 2011 desde http://www.lajornadajalisco.com.mx/2009/01/23/index.php?section=politica&article=008a1pol
[3] Machado, Decio (2007). Migraciones: La Migración Centroamericana hacia los Estados Unidos. Revista Pueblos, 20-09-07. Extraído el 26 de enero de 2011 desde http://www.revistapueblos.org/spip.php?article650
Karina Blanco Ochoa
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