Joyas de la vieja Europa: Praga en una semana
Hay muy pocas ciudades dentro de la vieja Europa que puedan merecer la pena visitarlas tanto como Praga. Hay que dejar claro que hay ciudades como París, Roma, Londres son ciudades impresionantes y que brillan por sí mismas, pero ninguna de ellas alcanza el encanto de la capital de la república checa.
Consejo fundamental: ver Praga de día es una auténtica delicia para la vista, pero es de noche cuando alcanza su máximo esplendor. Las luces de la ciudad están estratégicamente colocadas para conseguir que la mayoría de las grandes obras arquitectónicas destaquen todavía más. Hay lugares que consiguen recrear que has vuelto atrás en el tiempo y es fácil hacerte a la idea de cómo sería la vida en esta ciudad en plena Edad Media.
Tal vez una de las mayores dificultades a la hora de realizar una visita a la capital checa es distribuir los días para poder ver la ciudad al máximo posible, así que aquí os va un resumen de lo que se tendría que ver como mínimo para a posteriori poder decir que uno ha estado en Praga.
Empezad la visita por la siempre espectacular Plaza Vieja, donde encontraréis dos de las mayores joyas arquitectónicas de la ciudad: la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, famosa por sus torres gemelas (ni se os ocurra no visitarla de noche, es impresionante) y el Reloj Astronómico, auténtica obra de la época y único en el mundo por su diseño. Si vais a visitar Praga en navidad, recordad que es aquí donde encontraréis uno de los mayores y famosos Mercadillos de Navidad, junto con un impresionante árbol que corta la respiración a todo el que lo visita.
Continuad acercándoos hasta la zona del Castillo, donde en su interior podréis visitar la siempre espectacular Catedral de San Vito, y el Callejón del Oro, lugar donde vivían y trabajaban los antiguos orfebres. Aquí hay una curiosa leyenda sobre uno de ellos que consiguió convertir los metales en oro. Es en este callejón donde podréis visitar la casa que habitó Franz Kafka. Justo antes del castillo, os encontraréis con la Iglesia del Loreto, a la que también merece la pena echar un vistazo.
De aquí, dar un paseo hasta el Barrio Judío, donde se pueden visitar el Antiguo Cementerio Judío, famoso desgraciadamente gracias al holocausto nazi, así como varias de sus Sinagogas. Muy cerca de aquí pasaréis por la Torre de la Pólvora y el Puente de Carlos, donde encontraréis decenas de artistas ofreciendo un gran abanico de pinturas y fotografías de la ciudad. Echad un vistazo, que merece la pena.
En cuanto a actividades que podéis realizar, no olvidéis pasar por la Plaza Wenceslao por si queréis iros de compras o de copas por la noche. Pasead por el río Moldava en un Crucero, es otra forma de ver la ciudad y no os olvidéis de acudir al famoso Teatro Negro de Praga, donde podéis disfrutar de una obra de teatro totalmente diferente de lo habitual. Recordar que cerca de Praga, y saliendo ya de su centro, hay un montón de pequeños pueblos y castillos que visitar, pero eso lo dejaremos para otro artículo.
Ahora os queda lo más difícil, que es encontrar un hotel barato en Praga y esto no es fácil. Cuanto más os alejéis del centro, más baratos son lo hoteles, y os puede merecer la pena alejaros un poco dado que las comunicaciones con el centro de la ciudad son bastante buenas, bien en metro, autobús o tranvía. El metro acaba a las 00:00, pero siempre os queda la opción de los autobuses nocturnos para así disfrutar de la noche de Praga.
Después de leer todo esto, os habrán quedado ganas de saber más sobre esta encantadora ciudad, así que aquí os dejo una página donde poder consultar mucho más sobre esto:
Guia de Praga
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