Derivados financieros
Los derivados financieros, como los futuros, opciones, CFDs(contratos por diferencia), warrants... como su propio nombre indica son productos que derivan de otros productos financieros.
En definitiva, los derivados no son más que hipotéticas operaciones que se liquidan por diferencias entre el precio de mercado del subyacente y el precio pactado en la operación.En España, este mercado está regulado por MEEF Renta Variable en Madrid y MEEF Renta Fija en Barcelona.
Este organismo hace las funciones de cámara de compensación entre los partícipes liquidando las posiciones diariamente.
Si bien aquí no existe aún la cultura financiera de otros países como EEUU o UK, estos productos empiezan a ser cada vez más conocidos y van surgiendo más agencias o brokers que los comercializan, como CMC Markets, SelfBank, IG Markets, Agenbolsa, Renta 4, etc.
Dicho esto y pensando en lo que conceptualmente es un derivado es fácil suponer que pueden existir tantos derivados financieros como operaciones financieras reales o ficticias se puedan realizar. Así estos tipos de derivados se denominan no están regulados por una cámara de compensación sino que son las partes quienes proceden a su liquidación en la fecha de vencimiento.
De cara a la contratación de estos productos y dado que cada operación tiene una serie de características particulares lo habitual es firmar un contrato marco, Contrato Marco de Operaciones Financieras, elaborado por la AEB firmándose posteriormente un pliego de condiciones particulares para cada operación contratada.
Si bien inicialmente este tipo de productos financieros fueron concebidos buscando eliminar la incertidumbre que generaba la fluctuación del precio de las cosas, tanto en el vendedor como en el comprador, hoy en día se utilizan tanto bajo dicha filosofía como sistema de especulación pura y dura. Esto se basa a que la contratación de estos productos no precisa de grandes desembolsos, mientras que los beneficios, o pérdidas, potenciales pueden ser muy cuantiosas debido al apalancamiento.
Por ejemplo para especular con acciones podemos actuar de dos formas:
a) Comprando y vendiendo las propias acciones
b) Comprando y vendiendo derechos a comprar o vender dichas acciones a un precio determinado.
Evidentemente la segunda opción es más accesible que la primera, ya que la prima necesaria para comprar o vender el derecho de compra o venta de una acción es mucho menor que el valor de la acción, mientras que el potencial beneficio es el mismo.
Esto hace que con el mismo capital podamos optar a beneficios mucho mayores.Otro aspecto a tener en cuenta es que se trata de un juego de beneficio cero, cuando yo gano alguien pierde y a la inversa; las ganancias de un contratante son las pérdidas de otro.

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