Roma: Las Maravillas del Vaticano
Cada calle de Roma cuenta una historia diferente donde se entretejen las leyendas con la realidad. Sin embargo, más allá del histórico Coliseo, de la romántica Fuente de Trevi o de las encantadoras terrazas, es imposible visitar Roma sin detenerse en la Ciudad del Vaticano. La impresionante columnata de San Pedro se abre cual si fuera un abrazo con el cual acoge a los miles de fieles que allí se congregan o a los turistas ávidos por descubrir cada uno de sus tesoros. Y es que el Vaticano no es solo el corazón palpitante de la cristiandad sino una fuente inagotable de arte.
La Basílica de San Pedro
Un total de 240 metros adornados por 284 columnas y 140 estatuas son la antesala de una de las joyas arquitectónicas más impresionantes del mundo: la Basílica de San Pedro. En el mismo centro de la Plaza de San Pedro se erige el Obelisco Vaticano, trasladado a Roma desde Egipto por encargo de Calígula. Sus más de 25 metros de mármol rojo han sido testigos de una buena parte de la historia de la humanidad y son uno de los objetos de culto más preciados de los cristianos. En este espacio los grandes maestros han dejado su huella, comenzando con Bramante, Rafael Sanzio, Miguel Ángel y terminando con Bernini. El resultado de esta mezcla de genialidad dio lugar a uno de los edificios más grandes del mundo que alberga obras como la Piedad de Miguel Ángel o el imponente Baldaquino de Bernini. Cuando entres no olvides arrodillarte en el disco de pórfido rosáceo donde una vez se arrodillase el mismo Carlomagno.
Las grutas vaticanas
Debajo de la Basílica de San Pedro se abre un mundo de nichos, pasillos y pequeñas capillas: las grutas vaticanas. Si bien esta zona realmente no es una gruta en el sentido más estricto del término sino que es fruto del desnivel entre la antigua basílica y la nueva. Se accede desde el Altar Papal, descendiendo por una elegante escalera iluminada con 99 lámparas que conducen a un espacio que hoy funge como necrópolis de algunos papas y reyes. Más allá de las ricas ornamentaciones de los sepulcros; estas grutas son una belleza artística en sí mismas ya que recogen los tesoros de la antigua basílica constantiniana. Una de las obras de arte más atrayentes es la Madonna del Pelotazo, que resale al año 300 pero que aún subyuga con sus colores y detalles. Obviamente, un lugar privilegiado lo ocupan los restos de San Pedro.
El Palacio Apostólico
Pocas personas conocen que la residencia oficial del Papa es el Palacio Apostólico, una serie de edificios y capillas dentro de los cuales sobresale la famosa Capilla Sixtina. Sus frescos del Juicio Final continúan maravillando a los miles de turistas que cada día pasan por su sala buscando pistas para confirmar o rebatir las intrigantes hipótesis sobre las figuras representadas por Miguel Ángel. Si eres de los que no se conforma con las visitas clásicas deberás continuar el recorrido en las Estancias de Rafael, decoradas por el artista a principios del 1500. De no perderse es la Estancia del Sello con sus frescos coloridos repletos de alegorías. Si aún no has saciado tu sed de arte te aguarda la Pinacoteca Vaticana que atesora entre sus muros cuadros de Giotto, Rafael, Leonardo y Caravaggio. Consulta online las numerosas ofertas de vuelos de último minuto y hoteles en Roma para escaparte este fin de semana y dedicar parte de tu viaje a descubrir los tesoros de este maravilloso rincón del mundo.






































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