Los animales también se merecen una vida digna
En Alemania las cabras no suelen vivir en condiciones acordes a su especie, es decir en unas condiciones naturales apropiadas. Esto es valido también para muchas personas que mantienen cabras por afición o por hobby. Las cabras por su naturaleza son animales muy espabilados, muy confiados con los seres humanos. Un pequeño rebaño de la zona alemana de Eiffel, al oeste de Alemania, sin embargo, tuvo que pasar por una prueba muy dura. Estaban insuficientemente alimentadas y completamente descuidadas. El departamento estatal de veterinaria intervino: quiso quitarle al propietario las cabras y llevarlas al matadero. Pero una amiga de los animales, Marlies Müller-Binkesnstein no lo permitió. Así que acogió decidida, a las cabras en su terreno: “Es posible que algunos no lo comprendan, pero a mi estas cabras me son tan cercanas como las personas. Yo no hago diferencias cuando un animal necesita ayuda.
En su pequeña granja los animales estaban por de pronto seguros y en buena compañía, ya que con el paso de los años Marlis había ayudado ya a otros animales que rescató y que habían encontrado cobijo en casa de esta activa amiga de los animales. Un ganso algo achacoso; un caballo de carreras accidentado que ya no servía para correr y lo querían matar; ovejas, gallinas, gatos y perros. Cuidar de todos ellos significa dispensarles cuidados las veinticuatro horas del día. Algo casi imposible para una persona sola. Por eso en la Fundación Gabriele Internacional la señora Müller-Binkenstein encontró finalmente lo que ella quería para las ovejas y así cuenta: “La actitud de la Fundación Gabriele me gusta muchísimo, porque tiene en cuenta la totalidad. Los que trabajan ahí son realmente amigos de los animales y también amigos de la naturaleza. Porque no sólo se trata de los animales, sino que se trata de todo, de la globalidad, de nuestro mundo. Y creo que las cabras se merecen se bien tratadas, porque son criaturas de Dios, igual que nosotros, los seres humanos”.
Muchas personas han oído hablar ya del proyecto de “La Fundación Gabriele Internacional” por televisión, y en diferentes países de la Tierra empiezan a actuar siguiendo ese ejemplo. Para eso hay también puntos de contacto internacionales, porque el proyecto de la Fundación Gabriele se ha vuelto internacional, y está representado en diferentes países y continentes. Por ejemplo también en la República Democrática de El Congo muchos amigos de los animales han comprendido lo importante que es proteger a los animales, a las plantas y a los minerales. Y si bien allí se encuentran las zonas selváticas más extensas de África, existen varias especies en peligro de extinción.
Trabajar a favor de los animales y de la naturaleza, para el Sr. Minaku es también un deber ético, porque la base para la actuación de la Fundación Internacional Gabriele son los Diez Mandamientos de Dios, y también el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret, con su principio fundamental de que se debe tratar a los demás tal como uno quisiera que le traten. “Estoy firmemente convencido de que los seres humanos debemos vivir en unidad con los animales, con las plantas y los minerales. Y la Tierra de la Paz para mí y para mis amigos del Congo es un ejemplo de esa unidad. De modo que siempre que tengo la posibilidad, visito este terreno”, “cuando se mira a los ojos a estas cabras, en sus ojos se nota una cierta alegría. Es decir, que en este breve tiempo, ya han experimentado el amor del ser humano. Éste es un ejemplo de lo que se puede hacer, también en nuestro país, en el Congo.”
La Tierra de la Paz en muy poco tiempo ha pasado de ser un desierto agrario a convertirse en un vergel de especies, con un sistema de biotopos conectados entre sí que vuelve a ofrecer un hábitat a muchas especies de animales y de plantas.
Fundación Gabriele
Mariano Pacheco Riquelme
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