Condiciones de salud mundial

Los niños de corta edad resultan particularmente dañados por la inadecuada provisión de alimentos, los deficientes sistemas sanitarios y la atención medica ineficaz o deficiente. En este punto, países como Suecia se jactan de disfrutar de las cifras mas bajas de mortalidad infantil, pues allí 9 de cada mil recién nacido mueren antes de lograr su primer año de vida. En contraste con esta sorprendente cifra, en América latina muere uno de cada trece recién nacido, uno de cada 7 en el subcontinente Indio y uno de cada cinco en ciertas partes de Africa.

La diferencia que plantea las posibilidades de supervivencias de los mas pequeños indican de manera clara las drásticas distancias que se presentan entre pobres y ricos en cuanto a educación sanitaria se refiere. Los índices correspondientes a la longevidad, se mueven simultáneamente con la que expresan los niveles de ingresos per capita. Casi todas aquellas sociedades en las cuales los promedios de vida están por encima de los setenta años disponen de ingresos promedios de mil dolares anuales. En cambio los pueblos cuya expectativa de vida se encuentra por debajo de los cincuenta años, ganan como promedio no mas de unos pocos centenares de dolares anuales.

Sin embargo, analizando las comparaciones entre tazas de ingresos y mortalidad en todo el mundo se llega a la conclusión que la riqueza nacional no siempre determina el nivel sanitario. Los niveles de ingreso, la discriminación social o económica asi como la diferencia en los estilos de vida afectan con frecuencia la salud de los subgrupos, étnicos o culturales.

Por ejemplo, los americanos de color muestran tendencia a morir mas jóvenes que los blancos, igualmente las personas que consumen una dieta desprovista de carne y pobre en grasas y aborrecen el tabaco y el alcohol, padecen menos enfermedades cardiovasculares y cáncer. Debido a la disparidad que existe en las cifras promedio de duración en la vida de hombres y mujeres, la mayoría de las casadas han de pagar como precio inevitable largos años de viudez. Por razones biológicas y sociales, las mujeres tienden a vivir mas que los hombres con una diferencia de seis a ocho años, que se puede explicar parcialmente en relación con los hábitos de vida.

Existen mas probabilidades de que los hombres sean mas fumadores que las mujeres, y asi mismo ellos beben mas que ellas, ellos tienen mas probabilidades de hallarse expuestos a sustancias toxicas en sus trabajos, etc. Desde el punto de vista genético las mujeres parecen destinadas a vivir mas que sus coetáneos masculinos y, particularmente, muchísimas menos mujeres que hombres sufren ataques cardiacos antes de adentrarse en la edad madura. La carga especial que soportan millones de mujeres pertenecientes al grupo de menores recursos (maternidad dentro de un contexto de una mala nutrición y medidas sanitarias inadecuadas, cuando no existentes) las despojan de aquellas ventajas hereditarias de las que gozan en materia de salud.